Fundamentos de la Causalidad: Necesidad y la Existencia Divina
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Nociones Fundamentales: Causa Eficiente Primera y Ser Necesario
La argumentación sobre la existencia de Dios a menudo se fundamenta en la causalidad. Dentro de las causas, algunas son originadas por una causa anterior, generando un efecto posterior. Sin embargo, no todas las causas pueden ser causadas; debe existir una primera causa, incausada, distinta de las causas intermedias que sí son causadas. Esta primera causa, al no ser causada por otra, es incausada, y sin ella no podría existir un efecto último. Dado que este efecto último existe, debe haber una causa incausada.
La lógica subyacente es que ninguna entidad puede ser causa de sí misma. Si lo fuera, se implicaría que se daría el ser o el obrar a sí misma, existiendo antes de su propia existencia, ya que tendría que obrar antes de ser. En relación con la tercera vía, se postula que Dios existe por sí mismo, necesariamente, identificándose su esencia con su existencia.
Esencia y Existencia en los Seres Creados
Los seres creados, en contraste, no existen necesariamente; su esencia no es su existencia. La esencia se define como la forma específica, obtenida mediante la abstracción. La existencia es la "raíz del ser". La esencia es la potencia entitativa que limita la existencia participada por Dios a los seres creados, componiéndose con su esencia. En los seres contingentes, la esencia no implica su existencia, ni la existencia implica la permanencia del ser, ya que dejan de ser y no existen por sí mismos.
El hecho de que la existencia haya sido recibida por los seres contingentes de otro no implica que la existencia sea accidental, sino que es el ser. Los seres contingentes llegan a ser gracias a un ser anterior en acto, y al no poder existir una serie infinita de seres en acto que a su vez comenzasen a existir, se concluye que Dios es el ser autosubsistente.
La Perspectiva de Santo Tomás
Santo Tomás no infiere la existencia de Dios a partir de su esencia, sino que critica la posibilidad demostrativa de la existencia de Dios. Sigue un procedimiento causal, basado en inferir, a partir de la existencia de los seres contingentes, la existencia del ser que existe por sí mismo, o cuya existencia es su propia esencia. En Dios no hay potencia entitativa; es el ser que se define por la existencia. Si los seres contingentes son, es porque han pasado de la potencia al acto.
Tomás identifica el ser con la existencia actual, la existencia con el acto y la esencia con la potencia. Por lo tanto, basa su argumentación en un procedimiento que va del efecto a la causa, y al no poder procederse al infinito en la serie causal, se concluye que no hay efecto sin causa, y lo que no es causado por sí mismo lo es por otro. No puede haber una serie infinita de causas, y si hay un efecto último, debe haber una causa primera.
La Tercera Vía y la Diferencia en el Ser
La tercera vía implica que todos los seres son, pero no de la misma manera. Dios y los seres son, pero difieren en su modo de ser. La esencia es la potencialidad, la capacidad de llegar a existir. La existencia es acto, actualiza la potencia del ser, permitiendo que la esencia llegue a ser en acto. Dios es acto puro, sin potencia. No es posible que una misma cosa esté simultáneamente en acto y en potencia respecto de lo mismo.