Fundamentos de la Ética Kantiana: Autonomía y Deber
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2) Ética Kantiana: Razón Pura y Postulados
Con la razón pura no es posible llegar a Dios, a la libertad y a la inmortalidad, pues no puede ampliarse más sin ellas. La razón es única, pero tiene dos aplicaciones:
- Teórica: cuando se aplica al conocimiento de los objetos.
- Práctica: cuando la empleamos para la acción moral.
Heteronomía de la Moral
Analiza el principio supremo de la moralidad. Propone fundamentar la moral en distintas instancias que tienen en común el defecto de la heteronomía: las normas se encuentran fuera de la razón, la cual ha transitado por vías ilícitas. Las vías equivocadas para fundamentar la moral se han basado en:
- La felicidad
- El placer
- La mayor felicidad posible
- La voluntad de Dios
- La propia naturaleza humana racional
- Los sentimientos
Estos fundamentos coinciden en que se encuentran fuera de mi voluntad misma, por ello no pueden ser válidos. La ética de Kant es formal porque no propone normas concretas. La moral tampoco está fundamentada por lo que se impone proceder de un modo negativo. Para tener característica de universalidad, hay que buscar leyes y conceptos morales enteramente a priori, desde la razón misma. Para que la moralidad no sea algo puramente vacío, se requiere el uso de la razón pura.
Autonomía de la Moral
Kant afirma que en el mundo no es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser que sea una buena voluntad, que es buena en sí misma, ya que en su actuación no busca alcanzar ningún fin, sino que actúa por deber. Una voluntad es buena si hace lo que debe.
El Fundamento de la Voluntad: La Ley
El fundamento que determina la voluntad de un ser racional es la ley: actuar por deber es hacerlo por respeto a la ley, que se traduce en máximas. La ley te lleva a actuar de tal modo que puedas querer que tu máxima se convierta en ley universal. Los seres humanos han de actuar por deber. Tal principio se caracteriza por ser independiente de toda experiencia, se basa en la razón: es a priori. Solo los seres racionales actúan según leyes. La razón deriva las acciones de las leyes, obligando así a actuar a la voluntad; por tanto, la voluntad es razón práctica. En una voluntad divina, el querer y la ley coinciden; en un ser racional, la voluntad se determina en virtud de una ley que establece la relación entre querer y ley.