Fundamentos de la Fe: Judaísmo, Vida de Jesús y el Credo Cristiano
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El Reinado de Salomón y los Pilares del Judaísmo
El reinado de Salomón fue trascendental para el pueblo de Israel. Dedicó su gobierno a organizar el territorio, construir edificios, crear instituciones y establecer relaciones políticas con los pueblos vecinos. El rey Salomón es recordado por su sabiduría. Entre las construcciones realizadas por Salomón, destaca el Templo de Jerusalén. Los contactos que Salomón mantuvo con los pueblos vecinos le llevaron, al final de su vida, a la idolatría.
A la muerte de Salomón, el reino de Israel se dividió en dos: Israel al norte y Judá al sur. Además del Templo de Jerusalén, en el judaísmo existen otros elementos institucionalizados que identifican al pueblo de Israel:
- La Sinagoga: Lugar de culto de los judíos. En ella se reúnen para rezar y leer la Torá, formada por el Pentateuco. La Torá contiene la voluntad de Dios y es interpretada y explicada por los rabinos.
- La Pascua: Los judíos conmemoran la noche en que salieron de Egipto.
- El Sábado o Sabbat: Los judíos descansan en recuerdo del día en que descansó Dios tras la creación del mundo.
- La Circuncisión: Rito que se realiza a los varones recién nacidos, al octavo día de su vida, y es signo de pertenencia al pueblo de Israel. Esta tradición tiene su origen en la alianza de Dios con Abraham, porque se instauró como signo de la misma.
Jesús: Su Vida, Mensaje y Entorno
Los evangelios cuentan que a Jesús le seguía una gran multitud de personas que escuchaban su predicación. Entre sus seguidores, se distinguen varios grupos:
- Una gran multitud de personas que escuchaban su predicación.
- Un grupo de setenta y dos misioneros que precedían a los lugares por los que después iba a pasar Jesús. Iban de dos en dos.
- Los Apóstoles, que eran su grupo más íntimo. Eran doce.
Entre el grupo de los Apóstoles, Santiago, Pedro y Juan compartieron con Jesús los momentos más trascendentales de su vida. Jesús vivió en una época en la que Palestina estaba sometida al poder del Imperio Romano.
Los evangelios muestran momentos de enfrentamiento que tuvo Jesús con distintos grupos sociales y religiosos de Israel. Uno de estos grupos eran los fariseos, a los que Jesús criticó porque habían puesto la ley por encima de la búsqueda del Reino.
Otro grupo eran las autoridades del Templo, que consideraban a Jesús una amenaza. Jesús criticaba los negocios que se hacían en el Templo y acusó a las autoridades de anteponer sus intereses a la búsqueda del Reino y del bien de las personas. Jesús murió condenado por el Imperio Romano.
La misión de Jesús fue la de anunciar el perdón, el amor y la salvación de Dios. Por ello, mantuvo una relación de especial cercanía con todas aquellas personas que la sociedad rechazaba por motivos sociales o religiosos.
La Iglesia y el Credo Cristiano
La Iglesia, como cualquier otra institución, ha elaborado documentos que recogen los principios y creencias fundamentales de su doctrina. Son los Credos o profesiones de fe.
La Iglesia vio la necesidad de concretar sus fórmulas para expresar las realidades que la fe permite comprender. Así surgió el Símbolo de la Fe o Credo. En él, la Iglesia recoge los puntos fundamentales de la fe cristiana con el fin de proteger el mensaje de Jesús de interpretaciones erróneas o herejías. Una herejía es una afirmación o interpretación errónea de algún elemento de la fe. Gracias al Credo elaborado por la Iglesia, los creyentes tuvieron claro lo que era conforme al evangelio de Jesús y lo que, por tanto, debían creer.
El Credo, además, sirve para unir a los creyentes en una misma fe que comparten con los demás fieles.
En la Iglesia existen dos versiones del Credo:
- El Credo de los Apóstoles: Que enuncia las verdades fundamentales de la fe sin desarrollarlas. Se considera un resumen fiel de la enseñanza de los Apóstoles.
- El Credo de Nicea-Constantinopla: Que se elaboró en el siglo IV en los concilios que se realizaron en esas ciudades. Se estableció este Credo para luchar contra algunas herejías.