Fundamentos de la Gestión Social: Procesos, Actores y Transformación Comunitaria
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¿Qué Entendemos por Gestión Social?
La gestión social se define como un proceso complejo de acciones y toma de decisiones que abarca desde el abordaje inicial de un problema, su estudio y comprensión profunda, hasta el diseño e implementación de propuestas concretas orientadas a modificar una realidad específica. Este proceso implica un aprendizaje conjunto y continuo para los grupos sociales involucrados, permitiéndoles incidir de manera efectiva en la toma de decisiones dentro de la dimensión política de instituciones u organizaciones, tanto públicas como privadas.
Fundamentalmente, la gestión social se vincula con los procesos orientados al desarrollo y beneficio de personas, comunidades o instituciones. Para ello, se consideran las posibilidades y recursos disponibles (viabilidad, coherencia, etc.) para la ejecución de los objetivos planteados o las metas propuestas, siempre en colaboración con las personas o instituciones interesadas en la solución de problemáticas que afecten a la comunidad.
La Gestión Social como Acción Transformadora
La gestión es, en esencia, una acción social. Por lo tanto, se concibe como el canal mediante el cual se fomenta en las personas y en la comunidad un espíritu emprendedor, crucial para:
- Generar un cambio social significativo.
- Responder activamente a la búsqueda de la superación de la pobreza.
- Adquirir destrezas para navegar y abordar entornos de turbulencia, donde componentes políticos, económicos, socioculturales, ambientales y tecnológicos pueden no ser favorables a los procesos de desarrollo social.
En este contexto, se vuelve imperativo afianzar los lazos comunitarios, recuperar los valores colectivos y la identidad cultural. Asimismo, la gestión social implica la convergencia de intereses y necesidades comunes, así como la concertación de finalidades humanas compartidas.
Principios de la Gestión Social: Coherencia e Integración de Actores
La gestión social se manifiesta como un proceso coherente, integrador y armónico. En él, todos los actores sociales, tanto públicos como privados, se constituyen como sujetos capaces de articular esfuerzos, voluntades y poderes. El propósito es gestionar sus propias transformaciones, transitando de lo particular a lo colectivo, en un contexto de civilidad moderna y bajo el amparo de un Estado Social de Derecho. En este marco, las personas no solo se perciben como receptoras de derechos, sino también como partícipes y protagonistas activas de las relaciones sociales, asumiendo obligaciones y nuevas responsabilidades sociales.
Carácter Técnico e Instrumental de la Gestión Social
Los procesos técnico-administrativos, inherentes a las concepciones prácticas y metodológicas de la gestión social, se materializan a través de procesos planificados de desarrollo humano y social. Estos se sustentan en la organización, la participación y la movilización social de los actores públicos y privados. Dichos actores tienen el deber de pensar en términos de escenarios múltiples, demostrando una altísima sensibilidad hacia la comunidad y un compromiso firme con el conocimiento técnico y social.
La gestión social es una herramienta poderosa que posibilita:
- El desarrollo de la ciudadanía.
- La creación de una cultura de corresponsabilidad.
- La aceptación de la diferencia y la diversidad.
- El fomento del diálogo constructivo.
- La promoción de la información y la formación continua.
- La aplicación del conocimiento para el progreso, el desarrollo sostenible, la inclusión social y la transformación positiva de la sociedad.
Para alcanzar estos fines, la gestión social se apoya en herramientas fundamentales como:
- La planificación estratégica.
- El fomento del desarrollo humano integral.
- La organización comunitaria y social.
- La participación activa y significativa.
- El trabajo en equipo colaborativo.
- El liderazgo transformador.
- La investigación aplicada.
Estas herramientas son esenciales para dotar a las comunidades de los elementos teóricos y prácticos necesarios, permitiendo así la implementación efectiva de políticas públicas que conduzcan a la materialización del cambio social y a la reducción de la pobreza.