Fundamentos de la Metafísica: De la Sustancia Aristotélica a la Estructura Escolástica del Ser

La Metafísica según Aristóteles: La Sustancia como Fundamento

Aristóteles reconstruyó el concepto de metafísica como la teoría de la sustancia y como el fundamento de todos los saberes. Frente a Platón, quien sostenía que el verdadero ser reside en las ideas y en su finalidad, Aristóteles consideraba que el verdadero ser es la esencia que se desarrolla en la apariencia.

Es decir, Aristóteles no admitía que el ser o la causa de las cosas constituyera un mundo aparte, debajo o más allá de las apariencias sensibles. Para el estagirita, el ser es la realidad de los seres. Por ejemplo, el concepto de ser humano es la esencia común a todos los individuos. De este modo, los fenómenos empíricos constituyen la realización misma de esa esencia.

La Sistematización Escolástica de la Metafísica

La metafísica escolástica, desarrollada entre los siglos XII y XIV, siguió y reinterpretó los principios aristotélicos. Se caracteriza por los siguientes puntos:

• Una concepción de la filosofía como búsqueda y contemplación de verdades últimas.
• La aceptación de la abstracción como operación fundamental del conocimiento, entendido este como la captación de esencias universales metafísicas.
• Una categorización y fundamentación de la verdadera realidad en la posibilidad de demostrar la existencia de Dios.

Estructura de la Metafísica Escolástica

En concreto, en la filosofía escolástica, la metafísica se estructura en las siguientes partes:

Propedéutica

Justificación de la posibilidad, del método y de la estructura de la metafísica.

Ontología

Trata del ser en general, de sus propiedades trascendentales, de sus causas y de sus modos de ser particulares que prescinden de la materia.

Teodicea

Ciencia que estudia la causa primera (Dios), por analogía, desde sus efectos creados.

Crítica

Estudio del ser del conocimiento, incluidos los primeros principios válidos para las otras ciencias.

La Pregunta Fundamental del Ser (To On)

En la tradición metafísica, «ser» es la palabra utilizada para designar la existencia en sentido fundamental, de la que dependen los «seres» como conjunto de sus manifestaciones o expresiones concretas.

Así lo consideraba Aristóteles, para quien «el ser se dice de muchas maneras» (o sea, puede predicarse de muchas cosas, aunque solo uno es su significado esencial). La metafísica clásica se ocupaba precisamente de esta diferencia entre la unidad del ser y la multiplicidad de sus apariencias o concreciones, definiéndose como la ciencia del ser en cuanto ser.

Se postula, pues, una ciencia del ser en sí, en cuanto algo más fundamental que las meras apariencias fenoménicas de las cosas concretas que se muestran a nuestros sentidos.