Fundamentos Metodológicos: Observación y Experimentación en Psicología y Ciencias Naturales

Clasificado en Ciencias sociales

Escrito el en español con un tamaño de 4,33 KB

Observación y Experimentación en las Ciencias Naturales y la Psicología

La Naturaleza de los Objetos y la Investigación Científica

Cosa muy diferente sucede en lo que respecta a los objetos naturales, los cuales, relativamente, son objetos permanentes que no necesitan producirse en un momento determinado, sino que a cualquier hora se hallan a disposición del observador. Generalmente, tratándose de tales objetos, solamente se requiere una investigación experimental cuando queremos indagar los procesos de su nacimiento y variaciones; en este caso, encuentran aplicación las mismas consideraciones hechas en el estudio de los procesos naturales, porque los objetos naturales se consideran como productos o como partes de procesos naturales. Cuando, en lugar de esto, únicamente se trata de la naturaleza real de los objetos, sin tener para nada en cuenta su formación y sus variaciones, basta entonces la simple observación. En este caso se encuentran, por ejemplo, la mineralogía, la botánica, la zoología, la anatomía, la geografía y otras ciencias semejantes que son de mera observación mientras en ellas no se introduzcan, como sucede a menudo, problemas físicos, químicos o fisiológicos; en una palabra: los problemas que se refieren a procesos naturales.

La Psicología: Una Ciencia Experimental por Naturaleza

Si transportamos estas consideraciones a la psicología, aparece desde luego manifiesto que, por su propio contenido, se halla, sin duda, constreñida a seguir el mismo camino de las ciencias en las cuales solo es posible una observación exacta bajo la forma de observación experimental, y que, por este motivo, nunca puede ser una ciencia de mera observación. En efecto, el contenido de la psicología consiste en procesos y no en objetos persistentes. Para indagar la aparición y el curso exacto de estos procesos, su composición y las recíprocas relaciones de sus diversas partes, tenemos, antes de nada, que producir a nuestra voluntad aquellas apariciones y poder variar las condiciones según nuestros propósitos, lo que únicamente es posible mediante el experimento y no por la mera observación.

A esta razón general se agrega una especial para la psicología que no es igualmente aplicable a los fenómenos naturales. Puesto que en estos hacemos abstracción del sujeto cognoscente, nos es posible servirnos, bajo ciertas condiciones, de la simple observación; sobre todo si esta, como en la astronomía, se halla favorecida por la regularidad de los fenómenos, en cuyo caso es dado determinar con suficiente seguridad el contenido objetivo de los fenómenos. Pero la psicología, no pudiendo por principio hacer abstracción del sujeto, solo podría encontrar condiciones favorables para una observación casual cuando, en muchos y repetidos casos, las mismas partes objetivas de la experiencia inmediata coincidieran con el mismo estado del sujeto. No es posible que esto acontezca por la gran complejidad de los fenómenos psíquicos, tanto más cuanto que de un modo especial la misma intención del observador, que siempre tiene que estar presente en toda observación exacta, altera sustancialmente el principio y el curso del proceso psíquico.

La observación natural, por el contrario, no se halla generalmente turbada por la intención del observador, porque desde el principio prescinde deliberadamente del sujeto. Consistiendo uno de los principales objetivos de la psicología en la exacta investigación del modo de surgir y de desarrollarse de los procesos subjetivos, es fácil comprender cómo, en este punto, la intención del observador altera sustancialmente los hechos observables o los suprime del todo. Por el contrario, la psicología, por el modo natural en que surgen los procesos psíquicos, se ve constreñida, precisamente lo mismo que la física y la fisiología, al método experimental.

Entradas relacionadas: