Fundamentos de la Moral y el Contrato Social: Kant, Hobbes, Locke y Rousseau

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 10,54 KB

Kant, en su obra Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785), parte de la observación empírica de que la moral es ‘un hecho’ humano. Las nociones de ‘bien’ o ‘mal’, ‘justo’ o ‘injusto’, ‘derecho’, ‘deber’ u ‘obligación’, no existen en el resto de la naturaleza, sólo existen en el ser humano. Investiga las condiciones de posibilidad de la acción moral: Distingue que experimentamos dos tipos muy distintos de sentimiento de ‘tener que’, en las que una acción posible se nos presenta como algo imperativo que ‘hay que hacer’, sí o sí:

Imperativo Condicionado: ‘Si quiero ‘X’, tengo que hacer ‘Y’’. Determina un INTERÉS personal particular: las acciones que hacemos sólo por las consecuencias, pero no por la acción misma, como un MEDIO para obtener un FIN distinto. Que las consecuencias de una acción nos perjudiquen o beneficien determina acciones de utilidad social o para la felicidad personal; son importantes, pero para Kant no son acciones propiamente morales.

Imperativo Incondicionado: ‘Tengo que hacer ‘Y’’: Una acción posible se presenta como un valor en sí mismo. Expresa una obligación sin que sea por la consecuencia de obtener un beneficio o evitar un daño.

Se denomina Rigorismo Moral kantiano afirmar que únicamente estas últimas acciones son propiamente morales. El fundamento último de la acción absolutamente correcta es la pureza de intención de una buena voluntad, que no se mueve por intereses egoístas.

Para mostrar que no es sólo una idea, sino que es una realidad que las personas hacemos ese tipo de acciones más a menudo de lo que creemos, pero no le damos importancia por estar preocupados por acciones utilitarias con las que conseguimos satisfacer intereses y nuestra felicidad, Kant presenta el análisis de cualquier acción desinteresada,

que realizamos por deber -La ética kantiana es una ética deontológica.-

Se presenta la idea de una acción posible que infunde respeto. Se nos impone porque esa acción expresa un valor objetivo superior a los intereses del momento.

Sentimos la necesidad de que alguien tendría que realizar esa acción, pero aún no consideramos que seamos nosotros. Por ello, nos obligamos a realizar esa acción, aplazando la satisfacción de intereses o inclinaciones personales para otro momento.

Una vez que ha presentado que hay acciones absolutamente correctas, que realizamos por respeto a un valor objetivo, por puro deber, Kant especifica los criterios por los que toda persona puede usar para determinar, de manera autónoma, cuándo su acción es o no es moralmente correcta -aunque la siga haciendo-. Son las 3 fórmulas del imperativo categórico:

  • Universalidad: Actuar según una máxima de nuestra voluntad por la que podamos querer a la vez que nuestra acción se convierta en ley universal de la naturaleza humana.
  • DIGNIDAD: Actuar según una máxima de nuestra voluntad por la que en nuestra acción nunca tomemos a ningún otro ser humano solo como un medio o mercancía para satisfacer nuestros intereses y conseguir nuestros fines, sino también, siempre tener en consideración a todos los demás como seres humanos iguales, con voluntad y razón propias con libertad.
  • Autonomía: Actuar según una máxima de nuestra voluntad por la cual nos elevamos tanto a legisladores como legislados de un reino de fines.

Teorías del Contrato Social

Thomas Hobbes

Thomas Hobbes, en su obra Leviatán (1651), plantea que en el ‘estado de naturaleza’ los individuos son como ‘átomos’ que se mueven exclusivamente por la satisfacción de necesidades y deseos, es decir, por intereses egoístas. El problema consiste en que no existiría ningún límite al deseo de los demás: nadie podría preservar lo conseguido por su esfuerzo: ni bienes, ni familia, ni vida. Pero como además tenemos la capacidad de la razón para calcular consecuencias, toda persona comprende que sería un ‘estado de guerra de todos contra todos’ en la que ‘el hombre es un lobo para el hombre’. Por lo tanto, la solución consiste en que comprendamos la necesidad de que hagamos un pacto o contrato social implícito, por el que transferimos o alineamos TODO nuestro derecho natural a conseguir todo lo que queramos a un único poder soberano. Hobbes estaba legitimando -en el contexto de la guerra civil inglesa- la monarquía absoluta de derecho divino de la época sin acudir a Dios, ya que su interpretación era fuente de conflicto. Para Hobbes siempre es mejor un mal gobierno que la ausencia de gobierno, un único tirano que cien mil. Por lo tanto, no hay derecho de rebelión.

El fin natural de todo gobierno para Hobbes consiste en garantizar el orden y la seguridad. Representa la política conservadora del orden y la seguridad de la población, presente en el programa de todo partido político en la actualidad.

John Locke

John Locke, en su Segundo tratado sobre el gobierno civil (1689) plantea, al contrario, que en ‘el estado de naturaleza’, los individuos ya nacen en el seno de una familia, se asientan en una propiedad y, mediante su trabajo, intercambian bienes y servicios con otras familias, estableciendo sus propias normas, costumbres y tradiciones. Son libres e iguales, pero en un sentido positivo. El problema surge cuando alguien se considerase ofendido o agraviado, y pretendiese aplicar la justicia por su propia mano. Pero como la otra persona y su familia no le reconocerían ni derecho ni autoridad, y pretenderían hacer lo mismo, se acabaría generando una espiral de violencia que acabaría con el bienestar de toda la comunidad. La solución consiste en que comprendamos la necesidad de que hagamos un pacto o contrato social implícito, por el que transferimos sólo nuestro derecho natural a tomar la justicia por nuestra propia mano a jueces imparciales e independientes, y a un gobierno representativo.

El fin natural de todo gobierno para Locke consistiría en garantizar los derechos o libertades individuales originarios del estado de naturaleza: la vida, la familia, las propiedades y la prosperidad mediante el trabajo. Actualmente expresa las políticas liberales de garantizar ciertos derechos o libertades individuales que presenta cada partido en su programa político, tenga una ideología u otra. Locke afirma que existe el derecho de rebelión del pueblo cuando un gobierno, en vez de garantizar las libertades o derechos del pueblo, los pone en peligro. Hay la obligación de derrocar al gobierno, regresar al estado de naturaleza, y fundar un nuevo gobierno legítimo.

Jean-Jacques Rousseau

Jean-Jacques Rousseau, en sus obras Discurso sobre el origen de las desigualdades entre los hombres (1755) y El contrato social (1762), plantea que, en el originario estado de naturaleza, todo ser humano sería aún como un animal solitario que viviría libre y feliz. Fácilmente satisfaría sus necesidades con lo que ofrece la naturaleza, gracias a la inteligencia natural de su razón. Sin propiedades, viviría nómada, y sólo se relacionaría por curiosidad o para reproducirse.

El problema surge con el paso espontáneo al ‘estado de sociedad’. El ser humano también gusta de ser apreciado y reconocido por los demás, lo que le habría llevado a volverse sedentario, tomar propiedades y obtener reconocimiento por el fruto de su trabajo y talento natural de cada uno, desarrollando el progreso social. Sin embargo, esa ‘desigualdad natural’, se transforma en injusta, en cuanto esa posición y valoración social se hereda sin que haya justificación en mérito. En cuanto la minoría en la élite tienda a concentrar el poder impidiendo la promoción social de los demás mediante gobiernos tiránicos, se genera esclavitud e injusticia social, opresión y discriminación.

La solución consiste en recuperar la libertad e igualdad originarias, un retorno al estado de naturaleza. Mediante un pacto o contrato social, la mayoría del pueblo y las élites, reconozcamos la necesidad racional de abandonar nuestros intereses y voluntad particulares y constituimos la voluntad general del pueblo o nación reuniéndonos en una asamblea popular democrática en la que, se deciden las leyes entre todos, pero en función del interés general del país, no de intereses particulares de minorías o mayorías. Restablecemos la libertad porque participamos en decidir las leyes que nosotros mismos nos damos, y restablecemos la igualdad porque las decisiones por mayoría redistribuirán la igualdad de oportunidades acaparada por las élites, ya que nadie racional votaría en contra de sus propios intereses.

El fin natural de todo gobierno, para Rousseau, consistiría en redistribuir el bienestar material y restablecer la igualdad de oportunidades. Actualmente expresa: redistribuir el bienestar y la igualdad de oportunidades y eliminar los obstáculos arbitrarios para la promoción social en función de méritos tanto de la mayoría de la población como de minorías. Todo partido actualmente en su programa político -tenga una ideología u otra- propone sus propias medidas de redistribución de bienestar e igualdad de oportunidades.

Conclusión

David Hume (1711-1776) critica que la idea de ‘pacto o contrato social’ es una ficción sin base en la experiencia. Afirma que nunca en la historia se habría fundado ninguna sociedad ni gobierno por el libre consentimiento de sus individuos, sino sólo por imposición de poder y tradición.

Kant (1724-1804), sin embargo, considera que es una ‘idea regulativa’ de la razón que ha surgido en el espíritu humano y que se ha ‘encarnado’ como un nuevo acontecimiento en la historia universal que nunca antes había ocurrido: Kant estaba siendo testigo de la manifestación del progreso moral y social del ser humano en las Declaraciones de Derechos y Constituciones de EE.UU. en 1776 y Francia en 1789, en las que los representantes de cada pueblo o nación se reunían en Asamblea Constitutiva y acordaban de manera razonada las reglas de juego básico de su vida en común, revoluciones políticas que abren la Época Contemporánea La noción de ‘contrato social’ es una valiosa ‘idea regulativa’ de la razón humana, gracias a la que cualquier individuo puede evaluar si su gobierno está cumpliendo su función natural o está siendo irracional y debe hacer reformas o reconstituirse.

Entradas relacionadas: