Fundamentos del Pensamiento Marxista: Praxis, Sociedad y Revolución
Clasificado en Filosofía y ética
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Vida y Obra de Karl Marx (1818-1883)
Karl Marx nació en Alemania y falleció en Londres. Comenzó estudiando Derecho, pero lo abandonó para estudiar Filosofía. Por sus ideas políticas, tuvo que exiliarse de Alemania y refugiarse en París, donde conoció a Engels, con quien escribiría varias obras. Fue partícipe en la creación de la Primera Internacional junto con Bakunin, con quien tuvo serias discrepancias. Además, continuó su labor filosófica hasta su fallecimiento en 1883.
El Problema del Hombre y el Conocimiento: Antropología y Epistemología
Para Marx, el auténtico conocimiento es la praxis: la actividad teórico-práctica a través de la cual el hombre transforma la realidad. La praxis sigue un proceso dialéctico: necesita utilizar el entendimiento (actividad teórica) para transformar racionalmente la realidad en la mente y utilizar la sensibilidad activa para transformar la realidad en algo racional de forma concreta. Por ello, según Marx, el hombre se realiza al transformar la realidad y humanizarla, realizando su praxis. Y esta realidad externa existe como forma social producida por el trabajo humano y no como algo natural. Además, Marx afirma que las relaciones sociales son relaciones existenciales, ya que condicionan la existencia de cada individuo y de ellas depende cómo será su vida: una sociedad justa será aquella que permite al ser humano cumplir libremente esta praxis, desarrollando con ello su racionalidad.
El Problema de la Realidad y la Sociedad: Metafísica y Política
La realidad para Marx se construye y fundamenta en la relación entre el hombre y la naturaleza. Para Marx, la sociedad está compuesta por dos elementos: la base económica, que es el modo en que se organiza la producción material, y la superestructura, que es el conjunto de leyes, ideas y costumbres (la cultura) que surge de la forma de producción. La relación entre esta base económica y la superestructura es dialéctica, influyéndose mutuamente. Sin duda, la base económica puede cambiar debido a contradicciones que pueden provocar que la sociedad entre en crisis. Estas contradicciones son una negatividad surgida del sistema. Estas condiciones son tanto condiciones objetivas (elementos dentro del sistema de producción económico) como condiciones subjetivas, que implican que un grupo humano debe tomar conciencia de las contradicciones e injusticias del sistema vigente y realizar la revolución. Frente a esta toma de conciencia de la injusticia del sistema, la superestructura crea un mecanismo de defensa que es la ideología. La ideología es una falsa conciencia, un conjunto de ideas que justifica y busca mantener la realidad tal y como es, haciendo que los individuos formen teorías falsas sobre sí mismos y sobre el mundo que les rodea. Se produce, según Marx, una alienación religiosa importante, pues el hombre proyecta en Dios, un ser inventado, aquello que él mismo podría llegar a ser, buscando así consuelo para su vida y no transformando el mundo. La religión es ideología porque es un consuelo.
Para Marx, por tanto, la tarea de la filosofía será analizar la realidad social concreta y por ello pasará a estudiar la forma social actual, el capitalismo, afirmando que en él el ser humano no puede desarrollar libremente su praxis y, por tanto, llevar una vida digna y feliz. La sociedad capitalista se divide en clases sociales, siendo las dos principales: la burguesía y el proletariado. La burguesía tiene la propiedad privada de los medios de producción y el proletariado solo posee su fuerza de trabajo, su praxis, la cual debe vender a la burguesía para sobrevivir. Surge así la explotación de una clase sobre otra y con ella la lucha de clases. Esta explotación se fundamenta en la alienación en el trabajo. La alienación en el trabajo consiste en que el valor del producto (realizado por el trabajador) no pertenece al obrero ni sirve para mejorar el mundo, sino que pertenece y beneficia al capitalista. Así, la praxis del trabajador, y con ella su propia humanidad, es considerada como un “medio” para el beneficio del capitalista, y no para la creación de un mundo más humano. Por ello, es necesaria la superación del capitalismo y el fin de la sociedad de clases: es necesaria la revolución. Efectivamente, la única forma de emancipación es la revolución, que permite superar el capitalismo y, con ello, el desarrollo pleno de la humanidad.