Fundamentos del Pensamiento Moderno: De Bacon a Montesquieu
Clasificado en Filosofía y ética
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Se busca demostrar los principios de la fuerza por la razón y arremeter contra la formulación astronómica y física del sistema aristotélico-tolemaico.
Francis Bacon (1561-1626)
Bacon, con su énfasis en la experiencia por encima de la autoridad, constituyó la idea de que la ciencia debía formarse por observación y experimentación.
John Locke (1632-1704)
John Locke, inglés, argumentó que la mente no era una tabula rasa sobre la cual las impresiones y experiencias son puestas por los sentidos. El conocimiento no es innato ni hereditario; todos los hombres poseen el mismo potencial, pero varía el ambiente formativo.
Teoría Contractualista del Poder Político
En el estado natural, el hombre tiene ciertos derechos (libertad y propiedad). Para protegerlos, conservarlos y representarlos, se decide integrar una sociedad política por acto o contrato con los gobernantes. La sociedad genera obligaciones mutuas, y es necesaria una estructura política que garantice su cumplimiento (monarquía parlamentaria).
Isaac Newton
Isaac Newton y su ley de la gravitación universal establecieron que el orden que regía el universo y los fenómenos naturales puede ser expresado por principios matemáticos simples y universales.
El Pensamiento Ilustrado
Los pensadores del siglo XVIII consideraban a los hombres como seres libres e iguales, capaces de hacer respetar sus derechos, con una inclinación a la búsqueda de la felicidad. Para ello, debían dejarse llevar por su natural inclinación hacia el bien. La monarquía divina debía ser reemplazada por una organización política sustentada sobre una base racional. Los reyes podían convertirse en intérpretes de un programa renovador que terminara con la estructura social estamental. Criticaban a los nobles y al clero, buscando una sociedad móvil donde cada uno se desarrolle por sus capacidades individuales.
Barón de Montesquieu (1689-1755)
Montesquieu, miembro de la nobleza de toga, juzgaba a la monarquía francesa proclive a caer en el despotismo. No existía un sistema de gobierno perfecto que pudiera ser igual en todos los estados; admiraba al Parlamento inglés. En su obra El espíritu de las leyes, planteó la necesidad de que la ley limite a la autoridad, que tiende a la violencia y a vulnerar los derechos naturales de los hombres. Los poderes deben dividirse para evitar abusos (legislativo, ejecutivo y judicial), limitándose entre ellos y manteniendo un equilibrio. Sus ideas influyeron en el desarrollo del pensamiento político de la modernidad, aunque con un objetivo conservador de salvaguardar los derechos de la aristocracia de los excesos de la monarquía.