Fundamentos del Poder Político y la Legitimidad Social

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El Poder Político

Las personas que forman parte de una sociedad suelen compartir intereses, creencias y valores, y es precisamente el acto de compartir lo que les permite vivir en sociedad. Sin embargo, también poseen intereses, creencias y valores diferentes, en ocasiones opuestos, que pueden provocar tensiones e incluso enfrentamientos. De ahí que todas las sociedades necesiten de una organización y, como elemento importante de la misma, de una autoridad que debe ser obedecida.

En el caso de las sociedades políticas, la necesidad de una autoridad es muy clara. Son muy pocos los pensadores que la niegan (los defensores de la acracia), aunque son bastantes los que critican el excesivo poder que, en numerosas ocasiones, la autoridad posee sobre los individuos y proponen diferentes fórmulas para evitar los problemas que esas situaciones pueden ocasionar.

Poder Político y Legitimidad

El término legitimidad y otros afines como "legitimar", "legítimo" o "legitimación" están estrechamente vinculados al de poder político. Es frecuente escuchar o leer afirmaciones que dicen que la autoridad es legítima, que un partido político posee legitimidad para realizar una determinada tarea, u otras semejantes.

La relación entre poder político y legitimidad no es única y posee varios sentidos que es preciso distinguir para evitar confusiones:

  1. El Origen del Poder

    Hace referencia al fundamento en el que se apoya el poder político. Se trata de contestar a la siguiente pregunta: ¿de dónde le viene al que manda el poder para mandar? o ¿por qué hay que obedecer al que manda? Aquel o aquello que confiera a unas determinadas personas la autoridad y que obligue a que los demás tengan que obedecer sus mandatos será el fundamento del poder, su origen y lo que lo legitime. Legitimar equivale a ser el fundamento, a ser el origen, a conferir el poder.

  2. El Modo de Adquirir el Poder

    También se utilizan estos términos para hacer referencia al modo en que la autoridad llega a detentar el poder. Contesta, pues, a la pregunta: ¿qué procedimientos, qué mecanismos son los que permiten que unas personas se conviertan en autoridades y posean poder para mandar? Los procedimientos que se consideren adecuados para que una persona, al seguirlos, se convierta en autoridad serán los que doten a esa persona de legitimidad para ejercer el poder, los que hagan que su poder sea legítimo. En este sentido, se utiliza el término "legítimas" para designar a las autoridades que pueden mandar porque han llegado al poder siguiendo los procedimientos que se consideran adecuados para hacerlo.

  3. El Ejercicio del Poder

    Un último sentido es el que hace referencia al ejercicio mismo del poder, a las leyes que dicta la autoridad. Trata de contestar a la siguiente pregunta: una persona que ha accedido al poder siguiendo los procedimientos adecuados, ¿puede mandar luego lo que quiera? Si no es así, sus mandatos, sus leyes, solo serán legítimas cuando sean justas. "Legítimo" significa, en este sentido, que las leyes que dimanan de la autoridad son justas. Es lo que se conoce con el nombre de legitimidad de hecho, frente a los otros dos tipos de legitimidad que son más bien de derecho.

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