Fundamentos y Reformas de la Segunda República Española: Constitución de 1931 y Bienio Progresista (1931-1933)

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La Constitución de 1931: Pilares de la Segunda República Española

En junio de 1931 se celebraron las elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino. En las urnas triunfó la coalición formada por los republicanos de izquierdas y socialistas. Se creó la comisión parlamentaria encargada de presentar el proyecto constitucional, presidida por Jiménez de Asúa (miembro del PSOE), quien la definió como una constitución "de izquierdas" y que presentaba aspectos fundamentales:

  • El Estado se define como una “República democrática de trabajadores de toda clase” (soberanía popular).
  • Reconocimiento del derecho al voto de la mujer (por primera vez en España).
  • En el ámbito autonómico, la Constitución incluía una fórmula para posibilitar las autonomías regionales, previa presentación de un proyecto de Estatuto a las Cortes, que debían aprobarlo. Cataluña consiguió en 1932 su Estatuto de Autonomía, y durante la Guerra Civil se aprobaron los Estatutos del País Vasco (1936) y Galicia (1938).
  • Con respecto al ámbito religioso, el Estado republicano se declaró no confesional, garantizando la libertad de conciencia y de cultos. Suprimió las ayudas económicas para la Iglesia, reconoció el matrimonio civil y el divorcio, y promovió la secularización de los cementerios.
  • Extensa declaración de derechos y libertades: individuales, políticas, económicas y culturales, como la absoluta igualdad ante la ley, y una serie de derechos sociales (al trabajo, educación, salud, vivienda digna, etc.).
  • Limitación del derecho de propiedad privada, con la posibilidad de realizar expropiaciones para nacionalizar y socializar.
  • Nueva organización de poderes: el legislativo, en un parlamento unicameral; el Presidente de la República ocupaba la Jefatura del Estado; y el Presidente del Gobierno (quien nombraba a los ministros que rendían cuentas a las Cortes) era nombrado por el Presidente de la República. Se estableció un poder judicial independiente y se creó el Tribunal de Garantías Constitucionales.

La Constitución, de carácter claramente progresista, fue objeto de críticas por parte de la Iglesia y de la derecha.

El Bienio Republicano-Socialista (1931-1933): Las Primeras Reformas

Las Reformas Clave

La Constitución se aprobó en Cortes en 1931. Niceto Alcalá-Zamora fue designado Presidente de la República y Manuel Azaña, Presidente del Gobierno. Republicanos de izquierda y socialistas formaron un gobierno de coalición, encaminado a emprender reformas para afrontar los problemas de España.

A) La Reforma Militar

Azaña impulsó la transformación de las fuerzas armadas con un doble objetivo: someter el Ejército al poder civil gubernamental y reducir el número de oficiales para ajustarlo a las necesidades reales y a la capacidad presupuestaria del país. En abril de 1931 se aprobó la Ley de Retiro, que permitía solicitar el retiro a los oficiales que no quisieran jurar fidelidad a la República.

B) Reforma Educativa

Ya en la Constitución se había declarado la escuela primaria obligatoria, gratuita, mixta (lo que generó escándalo en la derecha) y laica, prohibiendo a las congregaciones religiosas el ejercicio de la enseñanza. Se construyeron numerosas escuelas para luchar contra el analfabetismo.

C) Reforma Agraria

Los problemas principales de la agricultura seguían siendo el latifundismo y el elevado número de jornaleros sin tierra. Los objetivos de la reforma fueron:

  • Objetivo Social: Entregar tierras a los campesinos a fin de obtener su apoyo y evitar conflictos y revueltas sociales en las zonas rurales.
  • Objetivo Político: Eliminar el poder económico de los grandes terratenientes.
  • Objetivo Económico: Incrementar la producción total del sector agrario y elevar la renta del campesinado, lo que aumentaría sus niveles de consumo, estimulando así el desarrollo de actividades industriales.

La aplicación de la ley y el ritmo de puesta en marcha de la reforma agraria fueron excesivamente lentos. Se expropiaron pocos terrenos, y el descontento de los campesinos sin tierras los inclinó hacia los anarquistas.

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