Fundamentos de los Sacramentos Católicos: Eucaristía, Reconciliación y Confirmación

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Los Sacramentos de la Iglesia Católica: Eucaristía, Reconciliación y Confirmación

El Sacramento de la Confirmación y su Ministro

Aunque el título original hacía referencia al ministro de la Eucaristía, el contenido describe al ministro del sacramento de la Confirmación. El ministro ordinario de la Confirmación es el obispo. Es el obispo quien concede este sacramento. En casos de grave necesidad, el obispo puede ser reemplazado por un presbítero, ya que la Iglesia cree que ninguno de sus fieles (personas bautizadas) debe quedar sin recibir este sacramento esencial.

Las Palabras de la Confirmación

Durante la Confirmación, el confirmando recibe por esta señal el don del Espíritu Santo.

La Eucaristía: Banquete Pascual y Sacrificio

La Eucaristía es el memorial del sacrificio de la cruz y el banquete sagrado de la comunión en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El altar representa dos aspectos fundamentales: el del sacrificio y la mesa del Señor.

La Iglesia nos pide que, al menos, asistamos a Misa todos los domingos y que recibamos la Eucaristía al menos una vez al año. También nos exhorta a asistir en fiestas especiales y, si es posible, a participar en la Misa diariamente.

Frutos de la Eucaristía

  • La Comunión acrecienta nuestra unión con Cristo.
  • La Comunión nos separa del pecado.
  • Nos quita los pecados veniales.
  • Preserva de futuros pecados mortales.
  • La Eucaristía edifica la unidad del Cuerpo Místico, haciendo a la Iglesia.
  • La Eucaristía fomenta la unidad con los cristianos.
  • La Eucaristía entraña un compromiso a favor de los pobres.

El Sacramento de la Reconciliación y la Penitencia

Formas de Penitencia

La conversión se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación, como la limosna, la oración y el ayuno. Estos gestos pueden manifestarse, por ejemplo, en la ayuda a los pobres.

La penitencia diaria encuentra su fuente y su alimento en la Eucaristía y en la propia práctica penitencial.

La lectura de la Palabra de Dios, así como todo acto sincero de culto o de piedad, reaviva en nosotros el espíritu de la conversión.

Existen tiempos y días de penitencia específicos a lo largo del año litúrgico.

Actos del Penitente en el Sacramento de la Reconciliación

El primer acto esencial de la penitencia es la contrición.

  • La contrición perfecta (o caridad) perdona los pecados veniales y mortales, siempre y cuando se tenga la intención de confesarlos lo antes posible.
  • La contrición imperfecta (o atrición) es un don de Dios, un impulso del Espíritu Santo. Nace de la consideración de la fealdad del pecado o del temor a la condena eterna.

Es fundamental realizar un examen de conciencia antes de la confesión.

La confesión es el momento en que el pecador se enfrenta a sus pecados, asume su responsabilidad y puede volver a unirse con Cristo. Este momento es de suma importancia tanto para el penitente como para el sacerdote, quien tiene el deber de ayudar y acompañar.

La Santificación y la Reparación

Muchos de los pecados que cometemos perjudican a otras personas, por lo que es necesario tratar de ayudarlos y reparar el daño en la medida de lo posible. Es importante tener en cuenta el estado anímico del pecador y ofrecerle el apoyo necesario para su proceso de santificación.

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