Fundamentos de Verdad, Bien y Trascendencia: Perspectivas Agustinianas y Judeocristianas
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La Búsqueda de la Verdad y el Bien Supremo
¿Cómo es que el alma de cada hombre está dotada de esas herramientas para definir qué es o no verdad?
Caminos hacia la Verdad
- San Agustín plantea la teoría de la iluminación.
- El segundo camino hacia la verdad consiste en fiarse de la verdad que nos muestra o enseña alguien de quien no puede provenir engaño alguno.
El Bien Supremo
El bien también se encuentra en Dios, el Bien Supremo.
Quien sació su sed de felicidad fue capaz de establecer un orden entre todos los bienes, clasificándolos según tuvieran un valor finito y temporal o un valor absoluto:
- Bienes temporales e inferiores.
- Bienes superiores.
San Agustín postula una ley eterna que rige el orden natural, abarcando la totalidad del ser. Esta ley, sin embargo, no implica que el ser humano pierda su libertad.
La Encarnación de los Valores de Verdad, Bien y Trascendencia en Jesús de Nazaret
Conceptos Clave
- Reino de Dios: Reinado o soberanía de Dios sobre todas las cosas, y se opone al reinado de los poderes terrenales.
- Reino de los Cielos: Es una expresión particularmente judía debido a la costumbre hebrea de no nombrar a Dios.
- Las Bienaventuranzas: Aluden a actitudes interiores más que a actos externos, a diferencia de la insistencia judía en la adhesión pública a la Ley.
Jesús como Verdad, Bien y Trascendencia
Verdad:
De acuerdo con la visión judía de la Verdad, Jesús se identifica a sí mismo como la verdad y lo testimonia. Así, Jesús se autoproclamará el Camino, la Verdad y la Vida.
Bien:
En la Biblia, el hombre justo se presenta como modelo de bondad, y Jesús lo asume como tal.
El valor del bien, por tanto, se identifica con la justicia, que consiste en el cumplimiento de la voluntad de Dios y de sus mandatos.
Trascendencia:
Es el encuentro con Dios. En el caso de Jesús, se expresa literalmente como estar sentado a la derecha del Padre.
Esta trascendencia es el sentido último de la vida, pues orienta todo hacia Dios y, además, como encuentro aquí y ahora siempre que el Reino de Dios se hace presente, y después, en plenitud, en la otra vida.
Valores y Cultura Hebreo-Cristiana
La cultura del pueblo judío se caracteriza por estar impregnada de una profunda relación con Dios: su historia, su cultura y, en general, su identidad, están marcadas por el hecho de ser el Pueblo Elegido para acoger al Mesías.
De lo Hebreo a lo Judío
En el año 933 a.C., a la muerte de Salomón, el reino se dividió entre sus dos hijos (Jeroboam y Roboam): Israel, el Reino del Norte con Samaria como capital, y Judá, al Sur, con Jerusalén como centro.
Judá se constituyó como el pueblo elegido por Dios y los únicos depositarios de la tradición.
En el 721 a.C., el Reino del Norte fue invadido por los asirios, lo que llevó a su impureza y dio origen a esa creencia.
La Cosmovisión Judía
La cultura hebrea es radicalmente monoteísta: un solo Dios, omnipotente, eterno y providente, que dirige el destino histórico de su pueblo, lo protege y castiga sus infidelidades.
Dentro de los aspectos fundamentales del judaísmo, expresados en la Ley del Monte Sinaí, destacan especialmente tres que simbólicamente se resumen en la llamada Shemá: