Fundamentos de la Voluntad y el Estado: Ética Kantiana y Contrato Social de Hobbes
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La Ética Kantiana: Fundamentos de la Voluntad y Postulados de la Razón Práctica
Existen dos tipos de fundamentos de determinación de la voluntad:
- La razón: Puede indicarnos cuál es nuestro deber (determinación inmediata) o mostrarnos los medios para alcanzarlo (determinación mediata).
- La inclinación: Los deseos y sentimientos pueden influir en nuestras decisiones.
Actitudes de la Voluntad frente al Imperativo Categórico
La voluntad de una persona puede adoptar tres actitudes fundamentales frente a un imperativo categórico:
- La buena voluntad: Aquella que actúa por respeto a la ley moral.
- La voluntad legal: Aquella que cumple la ley, pero no por respeto a ella misma, sino por otras inclinaciones o motivos externos.
- La voluntad moralmente mala: Aquella que viola la ley moral.
Para Kant, solo la primera de estas tres voluntades posee valor moral; solo sus acciones son verdaderamente morales. De aquí se deriva el concepto del rigorismo kantiano, que enfatiza la pureza del motivo moral.
Postulados de la Razón Práctica
Para sostener el orden moral y dar sentido a la ética, Kant admite la existencia de ciertos postulados de la razón práctica:
- La libertad de la voluntad humana.
- La existencia de un alma espiritual e inmortal.
- La existencia de Dios.
La buena voluntad, al actuar por deber, se considera digna de felicidad, mientras que la mala voluntad merece castigo. Si no fuera así, la moral carecería de sentido. Esto implica la necesidad de otra vida en la que se restituya la igualdad entre virtud y felicidad, y entre vicio e infelicidad. Para que exista esta otra vida, son necesarias la espiritualidad e inmortalidad del alma, así como la existencia de un Dios remunerador. En Dios se identifican el ser y el deber, y en Él se da la unión perfecta entre virtud y felicidad, constituyendo el summum bonum o bien supremo.
Críticas a la Ética Kantiana
Una de las principales críticas a la ética kantiana radica en su supuesto individualismo, ya que atiende únicamente al deber y a la razón, al no considerar suficientemente los sentimientos o las consecuencias de las acciones.
La Filosofía Política de Thomas Hobbes: El Contrato Social y el Estado de Naturaleza
En el ámbito de la filosofía política, surge la teoría política contractualista, que niega el origen divino de la autoridad y explica el origen del Estado como resultado de un pacto o contrato entre individuos libres que integran una comunidad. Este pacto tiene como fin regular y asegurar la estabilidad y la seguridad de sus miembros. Pensadores como Thomas Hobbes, John Locke y Jean-Jacques Rousseau expusieron sus teorías políticas a partir de este concepto de pacto social, aunque con interpretaciones y conclusiones muy diferentes.
El Absolutismo de Hobbes y la Naturaleza del Estado
Thomas Hobbes, en particular, defendía el absolutismo apoyado en el pacto social. Parte de la premisa de que el Estado es una construcción artificial, cuyos elementos constitutivos son:
El Estado de Naturaleza según Hobbes
Hobbes inicia su análisis con una valoración negativa de la condición humana en el estado de naturaleza. Sostiene que las personas son iguales por naturaleza y, aunque no necesitan a otras para subsistir, su egoísmo inherente las lleva a la competencia. Son inherentemente egoístas y competitivas. Defiende, pues, la igualdad natural y la no sociabilidad natural del ser humano.
Asimismo, argumenta que todas las personas poseen los mismos derechos naturales, lo que conduce a enfrentamientos constantes, ya que cada individuo busca apropiarse de todos los bienes para sí mismo. Impulsados por este afán de apropiación, viven en un estado de guerra constante, donde "cada hombre se convierte en un lobo para el hombre" (homo homini lupus). En esta situación, la productividad es imposible, puesto que sus frutos son inseguros. No existe justicia en el estado de naturaleza porque no hay leyes que la garanticen. Esta ausencia de orden conduce inevitablemente al caos.