Galileo y la Interpretación de las Escrituras: Un Debate Científico-Religioso

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Carta de Galileo a la Gran Duquesa de Toscana: Un Conflicto entre Ciencia y Fe

Galileo, en su carta, explica a la Duquesa los problemas que enfrenta al plantear sus ideas, consideradas heréticas por algunos.

Busca expresarse de manera escolástica para evidenciar las contradicciones entre la Iglesia, las escrituras y sus propias observaciones.

Afirma que no existe contradicción entre sus planteamientos y los postulados de las escrituras y las autoridades. Galileo era creyente, católico, y simultáneamente se dedicaba al estudio de la ciencia.

La Acusación de Herejía y la Defensa de Galileo

Inicialmente, Galileo introduce el problema, mencionando que profesores y científicos lo acusan de mentir y profanar lo establecido con sus nuevas teorías. Lo tachan de mentiroso y de querer omitir la palabra de las sagradas escrituras.

Se le acusa de haber perdido la fe o de ser profano a las sagradas escrituras, debido a su investigación, continuación de la investigación previa de Copérnico.

Expone que Copérnico nunca quiso ir en contra de la Iglesia y sus sagradas escrituras. Argumenta que sus acusadores ni siquiera han leído, visto o comprendido el libro donde Copérnico presenta sus propuestas. Más allá de presentar ideas diferentes a las propuestas por las escrituras, Copérnico siempre se guio por los acontecimientos naturales.

Mucha gente condena la teoría propuesta, rechazándola y afirmando haber leído en las sagradas escrituras que el Sol gira alrededor de la Tierra, que esta permanece inmóvil. Insisten en que las escrituras jamás se equivocarían y que Galileo es quien miente.

La Interpretación de las Escrituras y la Verdad

Galileo argumenta que las sagradas escrituras fueron escritas para la interpretación del vulgo, que carecía del conocimiento y la comprensión de los acontecimientos. El vulgo solo conocía lo que escuchaba. Sin abandonar su fe, Galileo sugiere que el vulgo pudo haberse equivocado al entender las escrituras, y que quienes las profesan también pudieron haber errado.

Distingue dos tipos de verdades: las verdades que se fundan en la fe, que requieren de las sagradas escrituras para sostenerlas, y las verdades de la razón.

Las verdades de la razón son aquellas que el hombre puede investigar por sí mismo, a través de la investigación, la experiencia de los sentidos y las demostraciones necesarias (como la matemática y la lógica). Estas verdades dan un orden conceptual a lo que sucede y buscan demostrar o mostrar lo que se propone, proporcionando un argumento de por qué es así.

Galileo también señala que las sagradas escrituras no tienen la intención de describir la naturaleza, ya que esta es considerada obra de Dios y disposición divina. ¿Quién se opondría a la disposición de Dios?

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