El Gaucho Martín Fierro: Desolación y Rebeldía en la Frontera
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Capítulo 4: La Miseria y el Engaño
Esperaron que llegara el sueldo, pero no venía, y la miseria los acosaba. No tenían nada de ropa; a Fierro le quedaba solo una manta de abrigo que le había quitado al Comandante. Pasó un año y las cosas seguían igual. Cuando entregaron algo de dinero, no llamaron a Fierro para cobrar porque "no estaba" en la lista. Fierro se disgustó, pero el Comandante se enteró de esto y llamó al Cabo y al Sargento, quienes después le dieron un castigo.
En este capítulo se relata la importancia de la pulpería, el lugar donde los gauchos iban a comprar. El dueño les fiaba todas las compras y, de este modo, cuando les pagaban, todo el sueldo terminaba en manos del comerciante.
En resumen, con respecto al trabajo en la frontera: llevan a los indios a la fuerza, no les pagan, los maltratan, y su trabajo beneficia al campo de algún capataz.
Capítulo 5: La Provocación y el Castigo
Fierro esperaba una ocasión en que los indios atacaran para hacerse el cimarrón (salvaje) y volver a su pago. Creía que si se quedaba iba a morir. Una noche, un gringo borracho del fortín no reconoció a Fierro y le disparó, aunque no le dio porque estaba ebrio. Por el ruido, salieron los oficiales, atraparon a Fierro y lo tiraron al suelo. En ese momento, llegó el Mayor y le empezó a gritar. Luego lo ataron de pies y manos; y Fierro pasó toda la noche maldiciendo al gringo.
Capítulo 6: La Deserción y el Desamparo
Se formó una partida para una expedición que harían sin carretas ni baguales (caballos), para atacar a los indios en sus mismas tolderías. Se decía que iría con ellos un ministro llamado Don Ganza, que dirigiría el ejército y que tenía cañones. Fierro explica que él nunca fue un gaucho dominado, que nunca se acobardó. Un día, mientras estaban reunidos el Jefe y el Juez de Paz, Fierro tomó un caballo y se escapó. Volvió a su pago después de tres años, convertido en desertor. Cuando llegó a su rancho, no encontró ni rastro de este. Luego, un vecino le contó que sus hijos trabajaban como peones y que su mujer se fue con un hombre desconocido, pues le quitaron el campo y vendieron la hacienda para pagar arrendamientos. Fierro piensa que sus hijos están sufriendo mucho y decide hacerse gaucho matrero.