La Generación del 27: Entre el Esteticismo y la Rehumanización

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La Generación del 27

Su gran instrumento es la metáfora. Se les tilda de herméticos, abstractos, fríos y deshumanizados. Pero también había entrado lo humano por el camino de la lírica popular, como en Libro de poemas de Lorca (1921) o Marinero en tierra de Alberti (1924). El anhelo de perfección formal motiva un acercamiento a los clásicos. Influjo clasicista en las estrofas tradicionales que se observa en Versos humanos de G. Diego, Églogas, elegía y oda de Cernuda o Cal y canto de Alberti y Cántico de Jorge Guillén. Hay que destacar el fervor por Góngora que encontró un lenguaje especial para la poesía, un subcódigo artístico para su culto por la imagen.

Segunda Etapa: Rehumanización y Surrealismo

La segunda etapa se extiende desde 1927 hasta la Guerra Civil. El culto a Góngora marca la cima y el descenso de los ideales esteticistas. Cansados por las aventuras formalistas inician el proceso de rehumanización de su lírica y el deseo de una comunicación más íntima con el lector y el mundo. Es entonces cuando se produce la irrupción del Surrealismo, opuesto a la poesía pura. Pasarán a primer plano los eternos sentimientos del hombre: el amor, las frustraciones, los problemas existenciales, etc. Esta época de poesía humana y apasionada pasa después a los acentos sociales y políticos, que se ven en Poeta en Nueva York de Lorca. En sus obras, profundiza en temas fundamentales para el hombre: el amor, el deseo, la fecundidad, la muerte, el tiempo, etc. Además escribió Canciones y el Romancero Gitano. Destaca también como autor dramático con obras como Mariana Pineda, Doña Rosita la soltera o tragedias como Bodas de Sangre, La casa de Bernarda Alba y Yerma.

Pedro Salinas y la Guerra Civil

Entre las obras más destacadas de Salinas se encuentra La voz a ti debida. En su poesía indaga sobre la realidad humana a través de una reflexión sobre el sentimiento amoroso. Al igual que sucedió con los otros géneros, la guerra civil supuso un corte brutal en la trayectoria de la creación poética de la que se ha llamado la Edad de Plata. Su estallido supuso el exilio de autores como León Felipe, y, por otro, no puede olvidarse la figura singular de Miguel Hernández, al que se ha considerado el epígono de esta generación que sirve de puente entre la generación del 27 y la del 36. Y qué mejor manera de terminar este tema que con las palabras de este poeta que recoge en sus versos la angustia que rodea al ser humano:

Llegó con tres heridas:
la del amor
la de la muerte
la de la vida

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