Generación del 27: Poesía Española de Vanguardia
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Lorca. Alegre por dentro y atormentado interiormente, presenta temas como el amor y la muerte en su obra, llena de símbolos, que unió lo culto y lo popular. Canciones presenta un ritmo popular e innovaciones vanguardistas; en Romancero gitano mezcla la tradición culta, el vanguardismo y los ritmos populares; y finalmente en Poeta en Nueva York denuncia la sociedad capitalista.
Aleixandre. Premio Nobel en 1977, su obra poética se divide en tres etapas. En la primera, de signo surrealista, muestra una visión pesimista del hombre (Espadas como labios); en la segunda el hombre es mirado positivamente (Historia del corazón); y finalmente en sus últimos libros emplea un tono sereno y trágico.
Dámaso Alonso. El filólogo del 27, empleó un estilo sencillo y directo. En sus inicios muestra influjos de poesía pura. Sin embargo, su obra más relevante fue publicada tras la Guerra Civil: Hijos de la ira, un grito de protesta contra la crueldad, el odio y la injusticia que supuso la renovación de la lírica de la posguerra.
Alberti. Se inicia en la poesía purista y neopopularista con Marinero en tierra, tendrá influencia surrealista en Sobre los ángeles y a partir de 1930 su poesía será políticamente comprometida. En la poesía del destierro, el exilio y la añoranza del país perdido se convierten en los temas centrales.
Cernuda. En su obra está presente su condición de hombre inadaptado, por ello sus temas centrales son la soledad y el amor, entre otros. En sus inicios cultivó una poesía con tono intimista y romántico, pronto se aleja de dicha estética y comienza su etapa surrealista (Los placeres prohibidos). En su última etapa reflexiona sobre el pasado y el presente (Las nubes).
Miguel Hernández. El genial epígono del 27, fue un poeta autodidacta y entre sus temas destacan la naturaleza o el amor real. Antes de la guerra compuso Perito en lunas y El rayo que no cesa, su obra maestra. También escribió Cancionero y romancero de ausencias en el que muestra su angustia existencial; durante la guerra sus versos se convierten en armas de combate.
Emilio Prados. Comienzos marcados por las formas populares (Canciones del farero), le sigue su etapa surrealista y posteriormente la poesía política.
Altolaguirre. Fundó la revista Litoral y dirigió La Barraca. En su primera etapa empleó formas métricas libres mientras que en sus últimos libros se decantó por estrofas clásicas.