Geografía Física y Recursos Naturales de España
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1.2 El Clima y la Hidrografía
El clima, junto con el relieve, es el factor físico que más influye en las posibilidades de explotación agraria del suelo. Tres son los elementos climáticos determinantes: la temperatura, el grado de insolación y la pluviosidad. El tercero es el factor crítico, ya que los rendimientos agrícolas dependen de la cantidad y distribución de lluvia a lo largo del año. España es en su gran mayoría un país seco, exceptuando la zona desde Galicia hasta el País Vasco, y no se extiende más al sur que la cordillera Cantábrica. En el resto de España hay una lluvia muy desigual durante el año, lo que la diferencia en gran medida de Europa. Ahora bien, veamos la temperatura y el grado de insolación. En casi todo el territorio español la nubosidad es muy escasa, debido a las barreras montañosas periféricas que impiden que las masas de aire húmedo y templado que llegan del Atlántico penetren hacia el interior. El resultado es una gran insolación. Los ríos españoles son generalmente torrenciales, con un caudal generalmente escaso. Esto hace que los ríos sean poco aprovechables para la agricultura y nada aprovechables como vías de navegación. Desde el punto de vista energético, ha dado una situación privilegiada para España: una buena dotación natural para la producción de electricidad de origen hidráulico.
1.3 El Suelo y los Aprovechamientos Agrícolas
En cuanto al suelo y los aprovechamientos agrícolas, comparada con el resto de Europa, España es muy pobre en este ámbito, debido a la falta de humedad de la tierra, lo que la hace poco fértil.
1.4 Riqueza y Pobreza del Subsuelo
España ha estado bien dotada de los minerales metálicos (plomo, hierro, mercurio, cobre) más utilizados en la primera industrialización. Carece, en cambio, de los minerales de la segunda revolución industrial (petróleo, cromo...) y ha sufrido escasez del mineral no metálico clave de la primera: el carbón. Por un lado, España se benefició de las extraordinarias reservas de minerales metálicos. Pero el desarrollo industrial español se vio frenado por la falta de carbón.