Geomorfología de las Cordilleras Exteriores y Grandes Depresiones Fluviales de España
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Montañas y Cordilleras Exteriores
Los Pirineos
El Eje o Zona Axial
Constituye la zona central de los Pirineos. Está formado por materiales paleozoicos (granitos, pizarras, cuarcitas) y presenta un relieve abrupto con las mayores altitudes de la cordillera, como el Aneto (3404 m) y el Monte Perdido (3355 m).
Los Prepirineos
Se encuentran al sur de la zona axial. Sus materiales son fundamentalmente secundarios o mesozoicos (principalmente calizas) y poseen un relieve más suave y de menor altitud. Se dividen en:
- Sierras Interiores: Adosadas a la zona axial, como la sierra de Cadí.
- Sierras Exteriores: De menor altitud, como la sierra de Guara y la sierra del Montsec.
La Depresión Media Pirenaica
Es una larga y estrecha depresión margosa (flysch) que separa las sierras interiores y las exteriores prepirenaicas.
Los Pirineos son el conjunto montañoso español donde las huellas de la glaciación cuaternaria son más intensas, conformándose antiguos circos y valles glaciares, hoy a menudo ocupados por lagunas o ibones.
La Cordillera Costero-Catalana
La mitad norte de esta cordillera está formada por materiales paleozoicos, restos del antiguo macizo herciniano Catalano-Balear, levantados durante la orogenia alpina. La mitad sur está constituida por terrenos calizos secundarios (Mesozoico) plegados también durante la orogenia alpina.
Está dividida en dos alineaciones principales, paralelas a la costa y separadas por una depresión longitudinal:
- Una alineación paralela a la costa, de escasa altura (Cordillera Litoral).
- Otra alineación interior, más alta (Cordillera Prelitoral), donde destacan macizos como el Montseny y Montserrat.
Las Cordilleras Béticas
Constituyen el más importante conjunto montañoso de la Península después de los Pirineos. Se estructuran en dos grandes sistemas montañosos separados por depresiones y surcos intrabéticos. Presentan un relieve generalmente menos abrupto que el de los Pirineos, aunque con altitudes muy notables.
La Cordillera Penibética
Bordea la costa mediterránea andaluza y se formó principalmente durante la Era Terciaria (orogenia alpina). Sus materiales son predominantemente paleozoicos (similares al Macizo Ibérico) y en ella se encuentran las cimas más elevadas de la Península Ibérica, localizadas en Sierra Nevada: los picos Mulhacén (3479 m) y Veleta (3396 m).
La Cordillera Subbética
Se localiza en el interior, al norte de la Penibética. En ella destacan la sierra de Grazalema y Ubrique, así como las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Tiene menor altitud media que la Penibética y su litología es principalmente del Mesozoico (predominantemente calizas, que dan lugar a importantes relieves kársticos).
La Depresión Intrabética
Es una zona discontinua de valles y depresiones intermedias entre la Cordillera Penibética y la Cordillera Subbética (hoyas de Antequera, Granada, Guadix, Baza). Está formada por un conjunto de depresiones que fueron rellenadas, tras la orogenia alpina, por materiales arcillosos y margosos blandos, dando lugar en algunos sectores a un paisaje característico de cárcavas (badlands).
Depresiones Exteriores a la Meseta
Son principalmente las del Ebro y del Guadalquivir. Ambas son amplias depresiones de forma triangular formadas durante la Era Terciaria, como resultado del levantamiento de las cordilleras alpinas (Pirineos y Béticas, respectivamente), quedando hundidas entre estas y la Meseta. Se rellenaron de importantes espesores de sedimentos terciarios y cuaternarios, lo que da lugar a relieves predominantemente planos u horizontalmente estructurados.
La Depresión del Ebro
Es paralela a los Pirineos por el norte y está cerrada al este y sur por el Sistema Ibérico y la Cordillera Costero-Catalana. Se compone de materiales marinos y continentales (conglomerados, areniscas, margas, yesos y sales), depositados en un antiguo mar interior que luego se convirtió en un lago.
La Depresión del Guadalquivir
Es paralela a las Cordilleras Béticas por el sur y se dispone entre estas, Sierra Morena (borde sur de la Meseta) y el océano Atlántico, al que se abre por el suroeste. Inicialmente estuvo abierta al mar (golfo); posteriormente, se convirtió en un lago interior (o albufera) y, más tarde, por progresiva colmatación, en marismas pantanosas en su sector más bajo. Se rellenó principalmente con arcillas, margas y arenas, lo que origina un predominio de campiñas suavemente onduladas.