Gestión del Agua en España: Regadío, Demanda y Organismos Reguladores

El Regadío en España: Demanda Hídrica y Desafíos

Gran parte de la agricultura de las regiones de clima mediterráneo depende del regadío, que se convierte en la principal actividad demandante de agua en España. Las superficies de regadío generan una demanda hídrica estimada en unos 24.000 hm³/año, de los que más de la mitad corresponden a las grandes cuencas del Ebro, Duero y Guadalquivir. Una gran proporción del volumen de agua utilizado es "consumida" por la agricultura, ya que esta se infiltra en el suelo, es absorbida por las plantas o se evapora sin reincorporarse a la escorrentía.

Los regadíos, con sus costosas infraestructuras de regulación y de distribución del agua, requieren grandes inversiones que deben acometerse con mucha antelación. Sin embargo, la previsión de las futuras demandas de regadío resulta muy compleja, ya que depende de diversos factores (desarrollo futuro de los regadíos, restricciones de la PAC). No obstante, en España la superficie de regadío ha aumentado ininterrumpidamente a lo largo de las últimas décadas, incrementando en la misma medida las demandas de agua. Aunque se realizan esfuerzos, todavía la red de distribución es deficiente y origina muchas pérdidas de agua, y las técnicas de riego pueden optimizarse para evitar un derroche cada vez más insostenible.

Demanda del Agua: Usos y Cantidad

El tipo de demanda difiere de unas cuencas a otras: mientras que en las del Duero, Guadiana, Júcar, Segura y Sur el regadío absorbe la mayor parte de los recursos, en las Internas del País Vasco y de Cataluña lo esencial de la demanda corresponde al suministro urbano. La proporción destinada a la demanda industrial adquiere sus máximos valores en las regiones del Norte, pero resulta muy reducida en las insulares o en el Sudeste Peninsular.

Las demandas de agua no cesan de aumentar. Este crecimiento varía mucho de unas cuencas a otras. El aumento de la demanda industrial es limitado, ya que, por una parte, las características de la industria tradicional se están modificando y, por otra, porque en este sector cada vez se recicla y reutiliza mejor el agua. Sin embargo, la demanda urbana crece de forma sostenida, mientras que las del regadío son más difíciles de prever, aunque, hasta el momento, también muestran un fuerte incremento. El precio del agua, excepto en los usos domésticos, está lejos de su coste real y a veces se considera que esto favorece su despilfarro.

Origen y Gestión del Agua: Confederaciones Hidrográficas

Las Confederaciones Hidrográficas son organismos que conforman la organización institucional para la administración y gestión del agua en España. Cada uno de estos organismos abarca o bien el territorio de una gran cuenca hidrográfica (Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir, Ebro) y algunas de ríos más pequeños y próximos, o agrupa una serie de cuencas afines de pequeñas dimensiones (Galicia-Costa, Cuencas Internas del País Vasco, Sur, Segura, Júcar, etc.).

En aquellos casos en los que los límites de las cuencas exceden de una comunidad autónoma, la administración pública del agua se ejerce por los organismos de cuenca, dependientes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Solo aquellas pequeñas cuencas pertenecientes a una única comunidad autónoma son gestionadas por la propia administración autonómica. Las funciones de las Confederaciones Hidrográficas son:

• La elaboración y seguimiento del Plan Hidrológico de Cuenca.
• La administración y control del dominio público hidráulico y de los aprovechamientos.
• El proyecto, la construcción y explotación de obras que afecten a los cauces.

Embalses

Los ríos españoles presentan grandes variaciones estacionales de caudal. En la mayoría, las aguas altas se producen en invierno, cuando la demanda es menor, y en verano los caudales descienden hasta sus valores mínimos, siendo este el momento de mayor necesidad y resultando entonces insuficientes. La "regulación" de las cuencas pretende resolver el desajuste entre las aportaciones y las demandas. El agua que almacenan se destina a distintos usos: abastecimiento urbano, regadíos e industria. El trasvase Tajo-Segura es un ejemplo destacado de esta regulación.

Desaladoras

El Plan Hidrológico Nacional de 2001 tenía como estrella el megatrasvase del Ebro a las cuencas levantinas. España, en 2010, era el quinto país en número de desaladoras del mundo.