Giuseppe Verdi: Legado y Evolución del Genio de la Ópera Italiana

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Giuseppe Verdi (1813-1901): El Genio de la Ópera Italiana

Giuseppe Verdi es el gran genio de la ópera italiana, heredero de la obra de Donizetti y Bellini. Consideraba la ópera como un modo de contar el drama humano y, por ello, redactaba libretos con situaciones emocionales fuertes y violentas. Trataba temas de interés para el pueblo italiano, huyendo de asuntos de tipo mitológico. Este drama se cuenta fundamentalmente a través de la melodía vocal directa y sencilla. Enriquece la orquesta tanto en color como en textura y armonía.

Características de la obra de Verdi:

  • Obra realista. Es un arte espontáneo, natural y simple.
  • Parte del interés para el pueblo italiano.
  • Predominio de la voz sobre la orquesta.
  • Importancia del drama.
  • Huida de asuntos mitológicos.

Periodos de su obra:

Primer periodo (Hasta 1850): Época del patriotismo

Época del patriotismo y de las aspiraciones libertadoras bajo el dominio Austriaco, cuyo espíritu trata de reflejar en sus obras mediante escenas colectivas. Algunas fueron convertidas en verdaderos himnos patrióticos y revolucionarios que le proporcionaron graves problemas con la censura. Nabucco, I Lombardi son auténticas obras políticas que quieren liberar al pueblo de lo extranjero. También de este primer periodo es la obra Luisa Miller en la que exhibe un poderoso sentido dramático y profundos estudios psicológicos. Musicalmente se caracterizan por una asimilación de recursos ya ensayados por sus antecesores Bellini y Donizetti.

Segundo periodo (1851-1887): Madurez y Liberación

Lenguaje casi perfecto que se inicia con la trilogía popular: Rigoletto, Il Trovatore, La Traviata, compuestas entre 1851-1853. A partir de 1855 comenzará a liberarse de los tradicionales convencionalismos para acercarse, con un estilo más personal, al espíritu dramático de la obra. A este segundo periodo pertenecen: La Forza del destino (sobre textos del duque de Rivas), Simón Boccanegra, Un ballo in Maschera y Aida (estrenada en el Cairo con motivo de la apertura del canal de Suez en 1871).

Tercer periodo (A partir de 1887): Culminación y Experimentación

A partir de 1887 y después de un prolongado silencio musical que durará 6 años, el anciano Verdi sorprende al mundo con Otello y Falstaff (sobre textos de Shakespeare). En estas obras consigue llegar al ideal wagneriano de un continuo sonoro donde las arias se unen insensiblemente entre sí y al drama, desapareciendo la tradicional y neta división de recitativos y arias. La orquesta reviste mayor importancia, los personajes están mejor caracterizados, apunta un cierto leitmotiv de influencia Wagneriana, la música está más ligada al drama haciéndose más profunda y sincera, los coros están supeditados a la acción, afloran nuevas armonías, etc.

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