El Glaciarismo y la Formación de Terrazas Fluviales en la Península Ibérica durante el Cuaternario
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El Glaciarismo y la Formación de Terrazas Fluviales durante el Cuaternario
Durante la era Cuaternaria (hace 1,7 millones de años hasta la actualidad) se produjeron el glaciarismo y la formación de terrazas fluviales.
El Glaciarismo
El glaciarismo afectó a las cordilleras más altas (Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Sistema Ibérico y Sierra Nevada), dando lugar a glaciares de circo y de valle.
Glaciares de Circo
Los glaciares de circo se reducen a la cabecera del valle (circo). El hielo y el deshielo rompen las rocas de las paredes del circo, de modo que este se hace cada vez mayor y sus formas se hacen escarpadas. En la Península Ibérica, por su latitud, la mayor parte de los glaciares fueron de circo y cuando se fundieron los hielos originaron pequeños lagos.
Glaciares de Valle
Los glaciares de valle se forman cuando el espesor del hielo acumulado en el circo es grande. Entonces el hielo de las capas inferiores se desplaza valle abajo. El hielo contiene fragmentos rocosos que excavan el valle, dándole la típica forma de "U". También excavan pequeñas cubetas que, al fundirse el hielo, se convierten en lagos. En la Península Ibérica, solo los Pirineos se vieron cubiertos por una potente capa de hielo, de la que partían glaciares que crearon valles en "U" y lagos.
Formación de Terrazas Fluviales
La época glaciar se caracterizó por la formación de terrazas fluviales, antiguos suelos de inundación abandonados por el posterior encajamiento fluvial. Las terrazas son fruto de las alternancias climáticas del Cuaternario: en los periodos glaciares, al encontrarse el agua helada en las montañas, los ríos perdieron fuerza erosiva y depositaron aluviones en su lecho. En los periodos posglaciales, al aumentar la temperatura y fundirse el hielo, crecieron el caudal y la fuerza erosiva de los ríos, de modo que ahondaron su lecho y dejaron suspendidos a los lados los aluviones acumulados anteriormente, constituyéndose así las terrazas. Los sucesivos ciclos glaciares y posglaciales del Cuaternario dieron lugar a terrazas graduadas. En la Península Ibérica, las más características son las formadas por el Duero, el Tajo, el Guadiana, el Guadalquivir y el Ebro.
Definición de Términos Geológicos
Aluvión: Material, casi siempre detrítico, que presenta una granulometría diversa (gravas, arenas, cantos) y forma depósitos sedimentarios de origen fluvial. Estos materiales, transportados por los ríos, sufrieron el desgaste progresivo de sus aristas como consecuencia del choque y frotamiento al que estuvieron sometidos.
Foz: Corte profundo, casi vertical, que puede llegar a formar un río al circular sobre materiales duros. Son formas propias del relieve kárstico y del relieve sobre rocas metamórficas.
Meseta: Superficie plana de gran extensión, horizontal o ligeramente basculada, elevada con respecto al nivel del mar. Apenas presenta accidentes topográficos de importancia y sus rebordes pueden ser montañosos. En España es la unidad principal del relieve peninsular, resto del antiguo macizo surgido en la orogenia herciniana, que fue arrasado por la erosión, y afectado y deformado por el movimiento alpino que hizo surgir sus sistemas interiores y los rebordes montañosos.
Tectónica de placas: Teoría geológica que explica los diferentes fenómenos geológicos a partir de los movimientos de las placas litosféricas rígidas sobre la astenosfera blanda, movimientos que se deben a las corrientes de convección existentes en el manto.
Ría: entrante costero estrecho que resulta de la invasión del último tramo de un valle fluvial por el mar.
Tómbolo: barras de arena que unen islotes rocosos a la costa. Ejemplo: Peñón de Ifach.
Zócalos: llanuras surgidas por el arrasamiento por la erosión de cordilleras formadas durante la Era Primaria. Están compuestos por materiales de extrema dureza (rocas graníticas y silíceas), cuya rigidez provoca su fractura ante los nuevos empujes orogénicos. Constituyen la base en la que se asienta la Meseta Central.
Macizos antiguos: formaciones desarrolladas en la Era Primaria que sufrieron un nuevo levantamiento en la Terciaria. Sus materiales son silíceos y graníticos, y presentan formas redondeadas a causa de la erosión. Estos macizos forman los relieves interiores de la meseta (Sistema Central y Montes de Toledo) y los rebordes más septentrionales (Macizo Galaico y parte occidental de la Cordillera Cantábrica).
Cordilleras de plegamiento: grandes elevaciones montañosas surgidas en la orogénesis de la Era Terciaria por el plegamiento de materiales sedimentarios, sobre todo calizos, depositados por el mar en la Era Secundaria (Cordilleras Béticas, Pirineos).
Cuencas sedimentarias o depresiones: formas hundidas formadas en la Era Terciaria y rellenas con sedimentos, de caliza, arcilla, areniscas y margas. Pueden ser de dos tipos: formadas por el hundimiento de un bloque de un zócalo (depresiones del Duero, Tajo y Guadiana) o prealpinas formadas por la descompresión posterior al levantamiento de las cordilleras (depresiones del Ebro y del Guadalquivir).