El golpe de Estado en España en 1936
Clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 4,63 KB
En 1935 el líder de la CEDA, Gil-Robles, como ministro de Guerra, procedió a nombrar a generales derechistas para los puestos clave: Franco como jefe del Estado Mayor Central, Fanjul como subsecretario de Gil-Robles, Goded responsable de Aeronáutica y Mola jefe de las fuerzas en Marruecos.
En enero de 1936 el presidente de la República disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 16 de febrero. La izquierda se presentó unida en una coalición denominada Frente Popular. Enfrente, la mayor parte de los partidos de derecha se agruparon en el Frente Nacional Contrarrevolucionario (no formaron parte ni la Falange ni el PNV). Varios generales acordaron entonces sublevarse el 19 de febrero si el Frente Popular ganaba las elecciones.
Nada más conocerse la victoria en las elecciones del Frente Popular, lo que suponía que la vía política para impedir la vuelta de la izquierda al poder había fracasado tras la derrota de Gil-Robles y de la CEDA en las elecciones, se produjo el primer intento de golpe de fuerza por parte de la derecha para intentar frenar la entrega del poder a los vencedores.
Fue el propio Gil-Robles, el primero que intentó sin éxito que el presidente del gobierno en funciones Valladares declarase el estado de guerra y anulara los comicios. Le siguió el general Franco, Goded y Fanjul.
El resultado del intento de golpe de fuerza fue exactamente el contrario del previsto. El presidente del gobierno en funciones entregó antes de tiempo el poder a la coalición ganadora, sin esperar a que se celebrara la segunda vuelta de las elecciones. Así, Manuel Azaña, el líder del Frente Popular, formaba gobierno el miércoles 19 de febrero que, conforme a lo pactado, sólo estaba integrado por ministros republicanos de izquierda. Una de las primeras decisiones que tomó el nuevo gobierno fue alejar de los centros de poder a los generales más antirrepublicanos: Goded (a Baleares), Franco (a Canarias), Mola (a Pamplona). Sin embargo esta política de traslados no serviría para frenar la conspiración militar, les hizo aumentar su rechazo al gobierno de Azaña al considerar su destino a como una degradación, una humillación y un destierro.
El 8 de marzo tuvo lugar en Madrid, en casa de un amigo de Gil Robles, una reunión de varios generales: Mola, Franco, Fanjul, Yoldi, Barrio, etc. en la que acordaron organizar un alzamiento militar que derribara al gobierno del Frente Popular recién constituido y restableciera el orden en el interior y el prestigio internacional de España.
El 19 de abril el general Barrio abortó un alzamiento militar en Madrid, creía que la policía estaba al corriente de la conspiración. La coordinación de la conspiración pasó entonces a Mola.
El general Mola, que adoptó el nombre clave de «el Director», y comenzó a redactar y difundir una serie de circulares o «Instrucciones reservadas» en las que fue perfilando la compleja trama que llevaría adelante el golpe de Estado
La primera de las cinco «instrucciones reservadas» la dictó el 25 de mayo y en ella ya apareció la idea de que el golpe tendría que ir acompañado de una violenta represión.
Mola consiguió comprometer en el golpe a numerosas guarniciones, pero Mola no contaba con todas ellas, y especialmente tenía dudas sobre el triunfo del golpe en el lugar fundamental, Madrid.
Así pues, el problema de los militares implicados era que, a diferencia del golpe de estado de 1923, ahora no contaban con la totalidad del Ejército. Tampoco del jefe del Estado. Y la actitud de las organizaciones obreras y campesinas no sería de pasividad ante el golpe militar. Por estas razones se fue retrasando una y otra vez la fecha del golpe militar, y por eso, además, el general Mola, buscó el apoyo de las milicias de los partidos antirrepublicanos. Mola defendía una "dictadura republicana".
Al gobierno de Manuel Azaña, y luego de Casares Quiroga, le llegaron por diversas fuentes noticias de lo que se estaba tramando, pero no actuó con más contundencia contra los conspiradores porque no creyeron que hubiera capacidad para preparar una acción seria.