La Gran Depresión y el Ascenso de los Totalitarismos en el Periodo de Entreguerras
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La Gran Depresión de los Años Treinta
El crack de la Bolsa de Nueva York en 1929 desencadenó una grave crisis económica.
El origen del crack del 29 se produjo en EE. UU. y sus causas principales fueron:
- La sobreproducción industrial.
- La especulación bursátil.
La falta de rentas y la acumulación de mercancías (stocks) provocaron el "Jueves Negro" (24 de octubre de 1929) y la consiguiente quiebra de la Bolsa de Nueva York.
El crack del 29 generó una gran depresión tanto en el campo como en las ciudades:
- Se abandonaron muchas granjas y tierras de cultivo.
- En las ciudades, se cerraron fábricas y se produjo el despido masivo de trabajadores.
EE. UU. redujo sus ventas e inversiones en el extranjero y repatrió los capitales prestados para la recuperación de Europa tras la Primera Guerra Mundial.
Así, la crisis se extendió a Europa entre 1929 y 1931.
El presidente Franklin D. Roosevelt sucedió a Hoover y, con el apoyo del economista John Maynard Keynes, puso en práctica un plan para salir de la crisis: el New Deal.
Con el New Deal, se instauró el intervencionismo estatal, implementando medidas como:
- Devaluar la moneda.
- Emplear a desempleados en la construcción de obras públicas.
- Animar a los agricultores a producir menos, subvencionando la agricultura.
Para evitar nuevas crisis, EE. UU. reestructuró el mercado financiero, fortaleciendo el Banco Central y la Reserva Federal.
La Sociedad de Naciones convocó la Conferencia de Londres (1933) con el objetivo de tomar medidas económicas conjuntas para salir de la crisis. Sin embargo, la conferencia fracasó porque cada nación defendía sus propios intereses.
El Ascenso de los Totalitarismos
3.1. El Triunfo de las Primeras Dictaduras
Tras la Primera Guerra Mundial, los imperios autoritarios habían desaparecido y en muchos de los nuevos países se implantaron regímenes democráticos. Sus primeros años se desarrollaron en un contexto de crisis económica que generó fuertes tensiones sociales. En algunos países se produjeron levantamientos obreros y campesinos. En las clases medias y altas se extendió el temor a que se produjera una revolución comunista, como había ocurrido en Rusia.
En este contexto, en algunos países se impusieron regímenes dictatoriales. En Italia, en 1922, Mussolini, líder del Partido Fascista, se hizo con el poder. Se establecieron también dictaduras en España, Hungría, Polonia, Yugoslavia, Portugal, entre otros.
3.2. El Extremismo Político en los Años Treinta
La crisis del 29 provocó la pérdida de confianza de la población en la democracia y los partidos tradicionales, a los que consideraban responsables de la situación económica y social. Los partidos extremistas lograron más seguidores y las posturas políticas se radicalizaron.
Los obreros y los campesinos aumentaron su apoyo a los partidos comunistas, viendo a la Unión Soviética como el modelo a seguir.
Por otro lado, las clases medias y la alta burguesía comenzaron a apoyar a los partidos de extrema derecha. Consideraron que los partidos más moderados eran incapaces de sacar a sus países de la crisis y evitar una revolución comunista. En muchos países se desarrollaron partidos de ideología fascista.
En los años treinta, se produjo una nueva oleada de dictaduras. En 1933, en Alemania triunfó el régimen nazi, liderado por Hitler. Aunque la mayoría de las dictaduras estaban dirigidas por gobiernos conservadores, en este periodo surgieron tres regímenes totalitarios distintivos:
- El fascismo en Italia.
- El nazismo en Alemania.
- El estalinismo en Rusia.
En ellos, el partido único controlaba todos los poderes del Estado, imponía su ideología a la población, suprimía las libertades individuales y violaba sistemáticamente los derechos humanos.
La Italia Fascista
4.1. Italia tras la Primera Guerra Mundial
Italia entró en la Primera Guerra Mundial sin la autorización del Parlamento y sin la preparación militar adecuada, contrayendo una elevadísima deuda para financiar el conflicto. Los tratados de paz posteriores fueron una decepción para el país; los Aliados habían prometido a Italia territorios como Dalmacia, Fiume y el Trentino, pero finalmente solo obtuvo este último. La enorme deuda externa ocasionó una fuerte inflación, mientras que la reconversión de la industria de guerra y la desmovilización del ejército provocaron un alto nivel de desempleo.
La tensión social aumentó considerablemente: algunos campesinos ocuparon las fincas de los terratenientes y los obreros industriales respondieron con huelgas y ocupaciones de fábricas. Las clases altas y medias temían que se produjera una revolución comunista.
Los partidos políticos tradicionales no supieron hacer frente a la difícil situación, y la población empezó a apoyar a partidos y grupos extremistas, como el Partido Comunista y las milicias fascistas conocidas como los «camisas negras».