La Gran Depresión: Orígenes y Extensión de la Crisis de los Años Treinta

Clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 2,54 KB

La caída de la Bolsa de Nueva York en 1929 fue el punto de partida de una gran crisis económica mundial que afectó a todos los países, a todos los sectores económicos y a todas las clases sociales.

El Crac de 1929

La crisis bursátil sorprendió a una sociedad sumida en el optimismo de la aparente prosperidad. En la fase expansiva de los años veinte, el volumen de inversiones fue muy elevado, gracias a las altas ganancias obtenidas a causa del incremento de la productividad y la moderación de los salarios. Pero esta situación, ayudada por las elevadas tasas de paro, provocó que la producción fuera superior a la demanda.

Hacia 1928, las posibilidades de invertir en una actividad productiva rentable eran escasas. El precario equilibrio entre la Bolsa y la realidad económica provocó la caída de la cotización de la Bolsa, el hundimiento de los valores de las acciones de la Bolsa de Nueva York.

El 24 de octubre de 1929, llamado Jueves Negro, se puso a la venta un número excesivamente alto de acciones, ante una demanda insignificante. Las acciones bajaron de precio y una ola de pánico invadió. El precio de las acciones descendió en picado. La crisis bursátil continuó hasta 1933 y provocó la ruina de millones de grandes y pequeños inversionistas.

La Extensión de la Crisis

La crisis bursátil dio lugar a un círculo vicioso que originó una profunda recesión financiera. La no devolución de préstamos por los inversores arruinados provocó la quiebra del sistema bancario y, al mismo tiempo, quiebras empresariales en cadena por falta de financiación.

Crisis Industrial y Comercial

Esta situación incrementó la tasa de paro que, junto con la bajada de salarios, contrajo, a su vez, la capacidad de compra. Como consecuencia, aumentaron los stocks y se redujo más la producción industrial.

La crisis financiera de Estados Unidos provocó la reducción de préstamos a Europa y la repatriación de capital norteamericano invertido en el extranjero. Esto fue motivo de quiebras empresariales y bancarias, devaluaciones monetarias, y privó a la mayoría de los países europeos de sus medios habituales de pago. Los efectos de la crisis industrial motivaron, al igual que en Estados Unidos, la adopción de medidas proteccionistas para intentar potenciar la producción nacional. Austria y, sobre todo, Alemania fueron los países europeos más afectados por la crisis, ya que sus economías se basaban en las aportaciones de capital norteamericano.

Entradas relacionadas: