El Gran Masturbador: Análisis de la Obra Simbólica de Dalí
Clasificado en Plástica y Educación Artística
Escrito el en español con un tamaño de 2,18 KB
El Gran Masturbador: Una Obra Simbólica de Dalí
Descripción de la Obra
El Gran Masturbador es un cuadro complejo y simbólico que presenta una gran masa amarilla en forma de cabeza invertida. De ella emerge el rostro de una mujer que se acerca a unos genitales masculinos. La composición incluye elementos diversos como una cabeza de león, un saltamontes, una pareja abrazada, un lirio y un enjambre de hormigas.
Técnica y Estilo
La obra está ejecutada en óleo sobre lienzo. Predomina el dibujo y la curva frente a la línea recta. El uso del color es magistral, combinando tonos fríos y cálidos. La luz es irreal, creando un ambiente onírico.
Figuras Representadas
son muy diferentes entre sí. Mientras que la mujer, de líneas ondulantes, se relaciona con el prototipo de mujer modernista, el hombre al que se acerca parece más una escultura, es algo frío, pétreo. Por otro lado, las pequeñas figuras que aparecen debajo se asemejan a maniquíes. El autor distribuye los elementos en un espacio dividido en dos mitades desiguales: la inferior representa una playa, y la superior, el cielo. En la parte central del cuadro se halla una cabeza gigante, con un ojo cerrado y una prominente nariz apoyada en el sueño. En el lugar de la ausente boca, vemos un saltamontes de grandes dimensiones con el vientre plagado de hormigas. A la altura del hipotético cuello, surge una cabeza de león con una promitente lengua. Más arriba, una mujer arrima la cara a los genitales de un varón. En la playa se observan dos grupos humanos: en la parte central, un hombre abraza a una roca con apariencia femenina; en la izquierda, un joven proyecta su sombra sobre dos diminutas figuras, un padre y su hijo. El pintor une aquí, bajo un mismo lienzo, todas sus obsesiones, fobias e inseguridades y juega a la distorsión de las proporciones, las sombras y las luces. Hay una pareja abrazada, minúscula y al pie de la composición, que los expertos coinciden en señalar que se trata de los padres del pintor. Ella, petrificada, haciendo hincapié en que ya había muerto; él marchándose y con una sombra alargada, reflejo de la distancia que existe entre padre e hijo.