Grandes Corrientes Arquitectónicas: Neoclasicismo, Historicismo y Eclecticismo
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La Arquitectura Neoclásica
A fines del siglo XVIII, surge un nuevo estilo artístico, el Neoclasicismo, unido estrechamente a la Ilustración. La arquitectura neoclásica encuentra su principal referencia en el arte clásico, interés reforzado por el reciente descubrimiento de las ciudades de Pompeya y Herculano, y también en el arte del Renacimiento.
Fue una arquitectura básicamente racional, basada en volúmenes nítidos que se corresponden perfectamente con los espacios interiores, buscando la claridad estructural. Utiliza los órdenes clásicos y recupera el uso del módulo para conseguir la proporción y la armonía. También emplea con frecuencia la cúpula.
La arquitectura neoclásica se caracteriza por la apariencia solemne y severa, la simplicidad de líneas y la búsqueda de la belleza del conjunto. Aspira al equilibrio y la estabilidad, por lo que predominan en ella la horizontalidad y la simetría.
Adopta con frecuencia la tipología del templo clásico. Durante este periodo se empiezan a construir nuevos tipos de edificios que responden a las necesidades de la sociedad civil, como museos, bibliotecas, teatros, entre otros.
Arquitectos y Ejemplos por País
- Francia: Fue un estilo muy utilizado en la construcción de bolsas de comercio, bibliotecas, teatros, museos, hospitales, arcos del triunfo, columnas conmemorativas, entre otros. Entre los arquitectos más destacados encontramos a Soufflot, Vignon y Chalgrin.
- Inglaterra: Se tomó como referencia la arquitectura griega y romana, pero también la obra de Palladio. Entre los arquitectos más destacados encontramos a Sir John Soane y Robert Smirke.
- Alemania: El arquitecto más destacado es Langhans.
- Estados Unidos: Destaca Thomas Jefferson.
- España: Como autor a destacar, tenemos a Juan de Villanueva, cuyas obras más importantes son el Museo del Prado y el Observatorio Astronómico en Madrid.
La Arquitectura Historicista (Romanticismo)
La arquitectura historicista es una de las grandes corrientes de la arquitectura del siglo XIX.
El rasgo que mejor la define es el uso de fórmulas pertenecientes al pasado artístico, por lo que ha sido una arquitectura poco valorada.
Está muy unida al romanticismo (ya que no tuvo una arquitectura propia). La mentalidad romántica vuelve los ojos al pasado, principalmente a la Edad Media. A esto hay que unir los mundos exóticos y lejanos. Lo exótico representará lo pintoresco.
Aunque presentará numerosas modalidades, la corriente más difundida dentro del historicismo es el neogótico, que alcanzó un notable éxito durante la época romántica.
La exaltación del nacionalismo es otra característica muy típica de este movimiento.
Es un tipo de arquitectura que se preocupa esencialmente del aspecto exterior de los edificios sin que haya siempre una verdadera correspondencia con el interior. Entre sus mejores ejemplos hay que destacar el monumental conjunto del Parlamento Británico, en Londres.
La Arquitectura Ecléctica
El eclecticismo se convirtió en la gran corriente constructiva de la segunda mitad del siglo XIX, aunque posteriormente sería un estilo despreciado.
Se caracterizará por tomar de cada estilo los elementos que mejor se adapten a las necesidades planteadas en cada edificio, logrando así una verdadera síntesis arquitectónica. En esta arquitectura se mezclan con absoluta libertad elementos inspirados en el arte egipcio, clásico o medieval.
La arquitectura eclecticista se apoya fuertemente en el pasado.
El edificio más representativo de esta arquitectura es la Ópera de París, obra de Charles Garnier, y también es la referencia de muchos edificios construidos en el resto de Europa.