Las Grandes Revoluciones del Siglo XVIII: De la Sociedad Estamental al Imperio Napoleónico

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El Antiguo Régimen y la Estructura Social Europea

El Antiguo Régimen fue el sistema social, político y económico predominante en Europa antes de la Revolución Francesa. Se caracterizó por:

  • Política: La Monarquía Absoluta.
  • Economía: La preponderancia de la agricultura.
  • Sociedad: La estructura estamental.

La Sociedad Estamental

La Sociedad Estamental era aquella que estaba dividida en estamentos a los que se pertenecía por nacimiento, lo que hacía muy difícil la movilidad social. Se diferencia de la sociedad de clases, donde la movilidad social es posible y el ascenso depende de la riqueza, la educación, etc.

Los estamentos principales eran:

  1. Clero
  2. Nobleza
  3. Tercer Estamento (o Estado Llano)

Clases Privilegiadas (Nobleza y Clero)

En el Antiguo Régimen, el rey compartía el poder y las prerrogativas con las dos primeras clases privilegiadas. La Nobleza poseía la tierra por herencia desde la época medieval y ocupaba los cargos más altos en la Iglesia, el gobierno y el ejército. Para esta clase, el privilegio más importante era la exención de impuestos. Los más ricos y poderosos no pagaban impuestos, aunque los más pobres sí debían pagar tributos (al rey, a los nobles y a la Iglesia).

Sus privilegios y su alianza con la monarquía eran vestigios del feudalismo y la Edad Media.

El Tercer Estamento (El Estado Llano)

La mayor parte de la población (aproximadamente el 96%) pertenecía al Tercer Estado (le tiers étát): artesanos, comerciantes, habitantes de las ciudades, campesinos, etc. Dentro de este estamento existían tanto personas muy pobres (campesinos y trabajadores) como una creciente clase media.

La clase más rica dentro del Tercer Estado era la burguesía. Estos individuos, a menudo self-made men (hechos a sí mismos), estaban hartos de pagar impuestos y de ser el soporte económico del país con su riqueza y prosperidad, sin gozar de ninguno de los derechos y privilegios que tenía la nobleza. Los campesinos, por su parte, se habían empobrecido cada vez más y no se les podía exigir más tributos.

La Revolución Americana: El Nacimiento de Estados Unidos

Los primeros colonos británicos llegaron a Norteamérica a bordo del navío Mayflower. Hacia 1776, ya eran aproximadamente 300.000 colonos, y su relación con la metrópolis (Gran Bretaña) se había vuelto cada vez más difícil.

El principal punto de fricción eran los impuestos, ya que los colonos consideraban ilegal el pago de tributos al no tener representación en el Parlamento británico. La principal oposición se centró en las tasas impuestas. Los colonos arrojaron al mar en el puerto de Boston un cargamento de té transportado por barcos británicos (el Motín del Té).

En 1776, las 13 colonias de Norteamérica declararon su independencia. Tras una larga guerra, Gran Bretaña reconoció la independencia de las colonias. La nueva nación fue llamada Estados Unidos de Norteamérica.

La independencia fue un acontecimiento significativo porque los principios fundamentales en los que se basaron para su decisión fueron:

  • Soberanía popular.
  • Separación de poderes.
  • Derechos civiles.

La Revolución Francesa (1789-1799)

Orígenes y la Convocatoria de los Estados Generales

Bajo el reinado de Luis XVI, el Antiguo Régimen (monarquía absoluta y sociedad estamental) se encontraba en crisis. Luis XVI necesitaba salir de la crisis, por lo que tuvo que intentar cobrar impuestos al segundo y tercer estado. Esto llevó a la formación de los Estados Generales.

En ellos había representantes de cada uno de los estamentos. Estos empezaron a votar por clase, pero así siempre salían ganando el clero y la nobleza, ya que votaban lo que el rey quería. Entonces, el Tercer Estado quiso que se votara por cabeza, ya que el número de personas que había en el Tercer Estado era más o menos el mismo que había en el clero y la nobleza juntos.

Como el clero y la nobleza no estuvieron de acuerdo con el Tercer Estado, estos decidieron crear la Asamblea Nacional y en ella hicieron el Juramento del Juego de la Pelota, que establecía que no se disolverían hasta que crearan una nueva Constitución.

La gente de París, los trabajadores y la clase media, atacaron la Bastilla, que era donde se encontraban las armas. El Tercer Estado comenzó a tener poder, y estos acontecimientos dieron lugar a la Revolución Francesa.

Monarquía Constitucional y la Declaración de Derechos

La mayoría de la gente todavía quería un rey, pero uno que estuviera controlado por las leyes del pueblo: una monarquía constitucional. La primera medida tomada por la Asamblea Nacional fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, decidida por la Asamblea en agosto de 1789, y la elaboración de una Constitución que se terminó y entró en vigor en 1791.

Luis XVI seguía siendo el rey de Francia, pero en una monarquía constitucional. La Constitución estableció la separación de poderes (basada en Montesquieu): la Asamblea Nacional era el cuerpo legislativo, el rey y los ministros reales formaban el poder ejecutivo, y el poder judicial (jueces y tribunales de justicia) era independiente de las otras dos ramas.

El Reinado del Terror y la República

Las actitudes hacia el rey cambiaron drásticamente en los años siguientes porque el rey intentó escapar para unirse a los reyes absolutos extranjeros que pretendían invadir Francia. Ellos querían detener la Revolución Francesa porque era un ejemplo peligroso para sus propios reinos y países. Finalmente, Francia declaró la guerra a Austria en 1792.

El rey fue considerado un traidor. La guerra fue mal y causó problemas económicos en Francia. El rey se volvió más impopular, su palacio fue atacado por el pueblo de París y fue arrestado y encarcelado. Francia fue declarada República y se estableció un nuevo calendario. El rey, su esposa (María Antonieta), y muchos miembros del clero y la nobleza fueron ejecutados.

Francia estaba ahora gobernada por una asamblea llamada La Convención. Diferentes grupos políticos tomaron el control. El líder más radical de la Convención fue Robespierre, líder del grupo político de los Jacobinos (política revolucionaria de izquierda). Fue muy estricto con la lealtad a la Convención e instauró el “Reinado del Terror”, un periodo violento (1793-1794) en el que más de 12.000 personas fueron guillotinadas. Finalmente, Robespierre fue traicionado por sus propios partidarios, quienes temían ser ejecutados también, y en 1794 la Convención votó por su arresto y fue ejecutado.

El Directorio

En 1794, mucha gente de la clase media y la burguesía se asustó y pensó que las cosas habían ido demasiado lejos. La Revolución no podía avanzar más; de hecho, era necesario retroceder. Los pobres se habían vuelto demasiado revolucionarios y ahora eran peligrosos para los miembros ricos del Tercer Estado. La Convención fue liderada por un grupo moderado y, más tarde, se estableció un poder ejecutivo de cinco miembros: el Directorio (El Directorio).

Napoleón Bonaparte y la Era Imperial

Ascenso al Poder y Proclamación del Imperio

Bonaparte lideró campañas exitosas contra los enemigos de Francia durante la Revolución Francesa, lo que le hizo muy popular. Dio un golpe de Estado (coup d'état) y se instaló como Primer Cónsul. Esto ocurrió el 9 de noviembre de 1799 (18 Brumario, Año VIII, bajo el Calendario Republicano Francés). Cinco años después, en 1804, el Senado francés lo proclamó Emperador. En la primera década del siglo XIX, el Imperio Francés participó en una serie de conflictos, las Guerras Napoleónicas, que involucraron a todas las principales potencias europeas.

Las Guerras Napoleónicas y el Dominio Continental

Después de todas las victorias, Francia seguía dominando el continente europeo. Napoleón mantuvo la influencia de Francia en la esfera europea a través de la formación de extensas alianzas y del nombramiento de amigos y miembros de la familia para gobernar en otros países de Europa.

Napoleón derrotó a Austria y Rusia en la Batalla de Austerlitz y casi tomó el poder de toda Europa. El único enemigo era Inglaterra. Francia gobernó sobre el continente, pero Gran Bretaña se mantuvo como la mayor potencia en los mares. El almirante Nelson derrotó a los franceses de Napoleón y a los españoles en la Batalla de Trafalgar. Napoleón no pudo invadir Gran Bretaña, por lo que declaró el Bloqueo Continental.

El Declive y la Derrota Final

La invasión de Rusia marcó el punto de inflexión en la fortuna de Napoleón; su gran armada estaba mal y dañada. La armada de Francia fue derrotada por una resistencia popular llamada las guerrillas (especialmente en España). Inglaterra, Rusia, Prusia y Austria se aliaron en la Sexta Coalición para luchar otra vez contra Napoleón y su armada en la Batalla de las Naciones (Leipzig).

Esta coalición invadió Francia, forzó a Napoleón a abdicar y lo exilió en la isla de Elba. Él escapó de esta isla y después volvió al poder, pero fue derrotado en la Batalla de Waterloo (1815).

La Paradoja de Napoleón

Napoleón, mediante sus conquistas, difundió por toda Europa las ideas de libertad nacidas en la Revolución Francesa. Al mismo tiempo, creaba constituciones y nuevas leyes para modernizar y cambiar los territorios que conquistaba. Algunos pueblos conquistados se rebelaron contra Napoleón utilizando las mismas ideas y sentimientos de libertad que él había difundido. Esto es conocido como el error nacional (o el despertar de los nacionalismos).

Napoleón como Soldado y Administrador Civil

Napoleón fue considerado un genio en las materias de la guerra y la paz. Fue un gran soldado; las campañas de Napoleón son estudiadas en las academias militares de todo el mundo. Pero el emperador Napoleón resultó ser un excelente administrador civil.

Aunque fue considerado un tirano por sus oponentes, trató de mejorar y modernizar la política en las áreas que conquistaba. Garantizó unos derechos básicos en el Código de Napoleón. En los estados que él creó, garantizó constituciones, introdujo nuevas leyes, abolió el feudalismo, creó gobiernos eficientes y apoyó la educación, la ciencia, la literatura y el arte. Napoleón centralizó el gobierno francés nombrando prefectos como administradores de las regiones, llamados departamentos.

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