La Guerra Civil Española: Un Conflicto Divisor

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El Levantamiento Militar

El 17 y 18 de julio de 1936, un grupo de generales liderados por Francisco Franco se levantó en armas contra el gobierno legítimo de la Segunda República Española. Aunque el golpe estaba destinado a ser rápido y decisivo, encontró resistencia en varias regiones del país, especialmente en Madrid, Barcelona y Valencia.

La Guerra Civil

Tras el fracaso del golpe de Estado en algunas regiones, España se sumió en una guerra civil a gran escala entre los republicanos, que defendían el gobierno democráticamente elegido, y los nacionalistas, liderados por Franco.

Los nacionalistas contaron con el apoyo de las fuerzas militares más poderosas y el respaldo de los regímenes fascistas de Alemania e Italia, mientras que los republicanos se apoyaron en las brigadas internacionales y recibieron ayuda, aunque limitada, de la Unión Soviética.

Durante los primeros meses de la guerra, se establecieron líneas de frente estáticas en varias partes del país, con intensos combates en áreas estratégicas como Madrid, el norte de España y el sur de la península.

La Defensa de Madrid

Una de las batallas más emblemáticas de la guerra, la defensa de Madrid por parte de los republicanos se convirtió en un símbolo de resistencia ante la rebelión militar. La capital sufrió bombardeos indiscriminados y asedios prolongados durante los primeros años del conflicto.

El Apoyo Extranjero

Alemania e Italia proporcionaron un apoyo sustancial al bando nacionalista, enviando tropas, armas y asesores militares. La Unión Soviética apoyó a los republicanos con suministros de armas, asesores militares y la formación de brigadas internacionales compuestas por voluntarios de diferentes países.

La Batalla del Ebro

Una de las últimas grandes ofensivas republicanas, la Batalla del Ebro fue un intento de romper el bloqueo nacionalista en el este de España. Aunque inicialmente lograron avances significativos, los republicanos finalmente fueron repelidos por las fuerzas nacionalistas.

El Fin de la Guerra

A medida que avanzaba la guerra, los republicanos enfrentaron divisiones internas, desgaste militar y presión externa. La caída de Cataluña en manos de los nacionalistas en enero de 1939 marcó el principio del fin para la Segunda República.

El 1 de abril de 1939, las fuerzas nacionalistas, lideradas por Franco, entraron en Madrid, consolidando así su victoria. La rendición de las últimas bolsas de resistencia republicana llevó al final oficial de la guerra civil. Tras la victoria, Franco estableció una dictadura autoritaria que duraría hasta su muerte en 1975.

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