La Guerra Civil Española: Impacto y Evolución de los Bandos en Conflicto
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La Guerra Civil Española fue el episodio más traumático que vivió la sociedad española en el siglo XX. Sus consecuencias se extendieron mucho más allá del fin del conflicto, marcando profundamente la historia contemporánea del país.
El Bando Republicano: Desafíos Internos y Resistencia
Con la sublevación militar, el gobierno republicano dimitió inmediatamente. Buscando un consenso político, Manuel Azaña encargó a José Giral la formación de un nuevo gobierno republicano, tras el intento fallido de Diego Martínez Barrio.
Las diferencias internas dentro del bando republicano provocaron constantes enfrentamientos y cambios de gobiernos. Así, en septiembre de 1936, el presidente Azaña encargó a Francisco Largo Caballero (líder del PSOE) la formación de un gobierno de unidad.
A principios de noviembre de 1936, el gobierno abandonó Madrid y se trasladó a Valencia, amenazado por las columnas del sur. Madrid quedó bajo la autoridad de la Junta de Defensa, dirigida por el general Miaja, quien hizo fracasar el intento franquista de tomar la capital.
Dentro del bando republicano, existían profundas divisiones ideológicas:
- El PCE (Partido Comunista de España) apoyaba la unidad y la centralización del esfuerzo bélico.
- Por otro lado, los anarquistas (CNT-FAI) y el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) apoyaban medidas revolucionarias y colectivizadoras para enfrentarse al enemigo, lo que generó tensiones y conflictos internos, como los Sucesos de Mayo de 1937 en Barcelona.
Ante la demanda de cambios económicos y sociales, se nacionalizaron industrias, compañías ferroviarias y CAMPSA.
Tras la crisis de mayo de 1937, el gobierno republicano pasó a estar dirigido por el doctor Juan Negrín. En un intento de lograr un acuerdo con los Nacionales y pactar la paz, Negrín publicó los Trece Puntos, que fueron rechazados por Franco.
La consigna de Negrín de resistir hasta el desarrollo del conflicto europeo no fue adoptada por todos los republicanos. De hecho, un sector había decidido ya la rendición a Franco, lo que desembocó en combates internos en Madrid (el golpe de Casado) y el hundimiento de la resistencia republicana en el centro.
El Bando Sublevado: Unificación y Consolidación del Poder
La evolución del bando rebelde fue distinta. Tras la muerte del coronel Sanjurjo, la junta creada por los sublevados nombró a Francisco Franco Generalísimo y Jefe de un nuevo Estado.
A comienzos de 1937, toda la España sublevada estaba liderada por Franco, quien, tras la muerte del jefe de la Falange (José Antonio Primo de Rivera), formó un partido único al que llamó Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Este partido agrupaba a toda la España rebelde, consolidando el poder en torno a su figura.
A partir de enero de 1938, el poder radicó plenamente en el Generalísimo, con una estructura totalitaria conforme a los modelos fascistas de las potencias europeas que apoyaban a los sublevados.
Consecuencias y Legado de la Guerra Civil
En los últimos meses de la guerra, la represión se intensificó. Miles de personas ingresaron en prisiones o en campos de trabajos forzados, y otros miles se exiliaron, dando lugar a una diáspora masiva.
La cultura oficial retrocedió a los tiempos de represión y censura. España fue aislada políticamente por la comunidad internacional, excepto por Argentina y el Vaticano, que mantuvieron relaciones diplomáticas.
La Guerra Civil en Castilla-La Mancha
Hasta el fin del conflicto, gran parte del territorio castellano-manchego formó parte de la zona republicana. El principal conflicto bélico en esta comunidad fue la Batalla de Guadalajara, que culminó con la derrota de los Nacionales.
Cabe destacar el papel de Albacete como centro de entrenamiento para el cuerpo militar de voluntarios extranjeros que luchaban a favor de la República, conocidos como las Brigadas Internacionales.