La Guerra Civil Española: No Intervención Internacional y Orígenes del Conflicto
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La Política de No Intervención en la Guerra Civil Española
La Guerra Civil Española (1936-1939) generó una profunda división en la comunidad internacional. Ambos bandos recibieron ayuda exterior, aunque la destinada a los sublevados fue notablemente más constante y abundante. Potencias como el Reino Unido y Francia, entre otras, adoptaron oficialmente una política de neutralidad y no intervención con el objetivo declarado de evitar la internacionalización del conflicto.
En agosto de 1936, se estableció en Londres el Comité de No Intervención para supervisar el cumplimiento de estos acuerdos. Sin embargo, esta iniciativa fracasó prácticamente desde su creación. Potencias fascistas como Alemania e Italia, a pesar de ser signatarias del pacto, apoyaron activa y decisivamente al bando sublevado liderado por Franco, enviando tropas, armamento y asesores militares.
El sistema de control implementado para impedir el envío de material bélico acabó favoreciendo indirectamente a los sublevados. Los puertos bajo control republicano enfrentaron mayores dificultades para recibir suministros debido al bloqueo naval y a la laxa aplicación de los controles sobre la ayuda destinada a Franco. Mientras tanto, potencias democráticas como el Reino Unido llegaron a firmar acuerdos con Mussolini que, en la práctica, permitían la presencia de tropas italianas en España. Además, empresas estadounidenses como Ford y Texaco suministraron material clave (camiones, combustible) al bando franquista.
Este enfoque evidenció la contradicción de la política internacional: aunque formalmente se adoptó la neutralidad, las ayudas indirectas y la permisividad hacia el apoyo fascista al bando sublevado fueron significativas y determinantes.
Desarrollo Inicial y Consecuencias de la Guerra Civil
Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, el gobierno de la Segunda República intentó acelerar su programa de reformas sociales y económicas. Esta agenda provocó una fuerte oposición por parte de los sectores conservadores y de la derecha política y económica, que comenzaron a conspirar y organizarse para llevar a cabo un golpe militar.
El golpe de Estado comenzó entre el 17 y 18 de julio de 1936, con la sublevación de guarniciones militares en el Protectorado de Marruecos, extendiéndose rápidamente a la península. Eventos como el asesinato del diputado monárquico José Calvo Sotelo días antes contribuyeron a la crispación y precipitaron los acontecimientos. La sublevación tuvo éxito principalmente en zonas rurales y conservadoras (Castilla y León, Navarra, parte de Aragón, Galicia), pero fracasó en grandes ciudades industriales (Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao) y en zonas con fuerte implantación obrera y republicana. Este fracaso parcial del golpe dividió al país y desató la Guerra Civil.
División de España al Inicio del Conflicto
Control Territorial y Recursos
- Bando Sublevado: Controló inicialmente las principales zonas agrícolas y ganaderas, asegurando el suministro de alimentos.
- Bando Republicano: Mantuvo el control de las áreas industriales (Cataluña, País Vasco, Asturias), las grandes ciudades, las reservas de oro del Banco de España y la mayor parte de la costa.
Apoyos Sociales
- Bando Sublevado: Apoyado por la oligarquía económica y financiera, la Iglesia Católica (que calificó el conflicto como "Cruzada"), grandes terratenientes, sectores monárquicos, fascistas (Falange Española) y conservadores en general.
- Bando Republicano: Respaldado por las clases populares urbanas y rurales, sindicatos (CNT, UGT), partidos de izquierda (PSOE, PCE, POUM, Izquierda Republicana), sectores progresistas de la clase media e intelectuales.
Apoyos Militares
- Bando Sublevado: Contó con una parte importante y experimentada del Ejército de Tierra (incluyendo las decisivas tropas del Ejército de África), la Legión, gran parte de la oficialidad y la Guardia Civil.
- Bando Republicano: Mantuvo la lealtad de la Marina de Guerra, la Fuerza Aérea (aunque con menos aparatos y pilotos experimentados inicialmente) y la Guardia de Asalto. Además, se formaron rápidamente numerosas milicias obreras y populares para la defensa de la República.
Esta división fracturó España en dos bloques antagónicos, dando inicio a una cruenta guerra civil que se prolongaría durante casi tres años, dejando profundas secuelas en el país.