Guerra Civil Española: Orígenes, Fases y Legado Histórico

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Orígenes y Contexto de la Guerra Civil Española

La Guerra Civil Española comenzó con la sublevación militar del 17 de julio de 1936 en Melilla, extendiéndose al día siguiente por la península. El golpe, impulsado por generales como Mola, Franco y Goded, fracasó en parte y dividió el país en dos zonas: la republicana y la nacional. Cada bando entendía el conflicto de forma opuesta: los sublevados lo veían como una cruzada contra el comunismo; los republicanos, como una lucha por frenar el fascismo.

Ambos bandos estaban equilibrados militarmente al inicio. La República contaba con recursos financieros como el oro del Banco de España, aunque sufrió por la escasez de mandos militares y la improvisación de las milicias. Los sublevados tenían una economía más agraria, pero un ejército más estructurado.

Pese a la política de no intervención acordada en el Comité de Londres (1936), ambos bandos recibieron apoyo exterior. La República contó con ayuda de la URSS y de las Brigadas Internacionales (organizadas en Albacete). Los sublevados recibieron armamento y tropas de la Alemania nazi, la Italia fascista, Portugal e Irlanda.

Desarrollo Bélico: Fases y Batallas Clave

Primera Fase (Julio 1936 - Marzo 1937)

En esta fase, los sublevados intentaron tomar Madrid. Franco cruzó el Estrecho con el Ejército de África gracias al puente aéreo organizado con ayuda alemana e italiana. Tras unir zonas rebeldes, tomó Toledo y parte del norte. En noviembre empezó la Batalla de Madrid, que resistió heroicamente con la Junta de Defensa liderada por Miaja. Se libraron combates clave como la Batalla del Jarama y Guadalajara (fracaso italiano), mientras Franco conquistaba Málaga.

Etapa Central (Abril 1937 - Noviembre 1938)

En la etapa central, Franco abandonó el objetivo de Madrid y se centró en el Norte. Se bombardearon ciudades como Guernica (abril), símbolo de la barbarie aérea. Cayeron Bilbao, Santander y Asturias. La República intentó distraer al enemigo con ofensivas en Brunete o Belchite, sin éxito. En 1938, la Batalla de Teruel marcó una dura lucha que finalmente ganaron los sublevados. En abril, Franco dividió en dos la zona republicana al llegar al Mediterráneo. La República respondió con la Batalla del Ebro (julio-noviembre), la más larga y sangrienta de la guerra, que terminó con una derrota total republicana.

Fase Final (Noviembre 1938 - Marzo 1939)

La fase final estuvo marcada por la ofensiva sobre Cataluña. Franco tomó Barcelona (enero) y Gerona (febrero), provocando la huida de Azaña y Negrín a Francia. Negrín volvió para intentar resistir, pero fue traicionado por Casado, quien creó el Consejo de Defensa y expulsó a los comunistas. Sin negociación posible, Franco impuso la rendición total y tomó Madrid el 28 de marzo de 1939. El 1 de abril firmó el último parte de guerra.

Evolución Política y Consecuencias del Conflicto

Evolución Política en la Zona Republicana

En la zona republicana, los gobiernos fueron pasando de Casares Quiroga a Giral, que armó a las milicias, y luego a Largo Caballero, que intentó reformas militares y sociales. Surgieron tensiones entre comunistas, anarquistas y socialistas, especialmente tras los enfrentamientos de mayo de 1937 en Barcelona, que acabaron con el POUM y provocaron la caída de Largo Caballero. Negrín asumió el gobierno y trató de negociar con Franco, pero fue depuesto por Casado al final de la guerra.

Evolución Política en la Zona Nacional

En la zona nacional, tras la muerte de Sanjurjo, se creó la Junta de Defensa Nacional, pero pronto se nombró a Franco como único jefe del Estado y “Generalísimo” (octubre de 1936). En 1937 se impuso el partido único (FET y de las JONS), fruto de la unificación entre falangistas y carlistas. Franco formó su primer gobierno en 1938 y fue reconocido como jefe del nuevo Estado. La Iglesia legitimó la causa sublevada mediante una carta colectiva en 1937.

Consecuencias Devastadoras de la Guerra

Las consecuencias de la guerra fueron devastadoras:

  • Murieron más de medio millón de personas entre el frente y la retaguardia, donde reinó el terror en ambos bandos.
  • Cientos de miles fueron al exilio; muchos murieron en campos nazis o fueron internados en Francia.
  • Internamente, hubo una brutal represión, con ejecuciones, cárceles y depuración de funcionarios.
  • La economía quedó arrasada, la cultura se empobreció y se instauró una dictadura que duraría casi cuarenta años.

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