La Guerra Civil Española: Zonas en Conflicto y Apoyo Exterior
español con un tamaño de 3,05 KBLa Guerra Civil Española: División Inicial
Fracasado el golpe, el país quedó dividido en dos zonas: la republicana y la franquista.
La republicana, donde la insurrección fracasó por la acción de los partidos y sindicatos del Frente Popular; y la sublevada, que estaba controlada por el Ejército Nacional.
La Zona Republicana
En la zona republicana, la actuación de las milicias, organizadas por sindicatos y partidos políticos, a las que el gobierno se vio obligado a darles armas para frenar la insurrección, significó el desplazamiento del poder del Estado, que fue sustituido por consejos y comités que se ocuparon de organizar la resistencia y la economía.
Los comités actuaron como un poder que tomó fábricas y tierras para colectivizarlas. Estos comités también desencadenaron una dura persecución contra los sospechosos de ayudar a los sublevados y hubo asesinatos de presos políticos, los denominados "paseos".
La Zona Sublevada
En la zona sublevada, nada más comenzar el conflicto murió el general Sanjurjo, lo que dejó a los militares sin su líder.
En su lugar se creó una Junta de Defensa Nacional liderada por el general Cabanellas. En octubre, la Junta de Defensa entregó el poder a Franco, proclamándole Generalísimo de los Ejércitos y Jefe del Estado.
El poder militar predominó de manera absoluta en esta zona. Franco creó de inmediato una Junta Técnica del Estado con funciones de gobierno, integrada por gente de los partidos políticos afines a la sublevación, que inició una política de rectificación de todo lo hecho por la República, procediendo a la devolución de las tierras a sus antiguos propietarios y dando los primeros pasos para la formación de un Estado totalitario.
Se prohibieron partidos y sindicatos, a excepción de la Falange Española y los carlistas, que se unificaron en 1937 en un único partido, FET de las JONS, con Franco como Jefe Nacional.
Repercusión Internacional
La Guerra de España tuvo una gran repercusión internacional.
La opinión pública mundial vio el conflicto como una confrontación entre los ideales democráticos y el ascenso del fascismo, entre la anarquía y el mantenimiento del orden, la tradición católica y los enemigos de la religión.
La opinión progresista estuvo a favor de la República y las organizaciones de izquierda de todo el mundo promovieron el reclutamiento de voluntarios antifascistas integrados en las Brigadas Internacionales.
Italia y Alemania ofrecieron pleno apoyo a los sublevados, y con ellos el régimen dictatorial de Portugal e Irlanda.
Tanto los sublevados como los republicanos buscaron el apoyo exterior.
Los franquistas recibieron aviones y armamento de Italia y Alemania con condiciones ventajosas, junto con tropas