La Guerra de Crimea: Un Conflicto Decisivo entre Imperios

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La Guerra de Crimea es un dramático conflicto entre el Imperio Zarista y el Imperio Turco, apoyado por Francia e Inglaterra. Una guerra que frenó los deseos expansionistas de la Rusia Imperial hacia el Mediterráneo y Oriente Medio y que permitió sobrevivir al moribundo Imperio Turco. La Guerra de Crimea es también una guerra marcada por batallas sangrientas y por errores militares, como la famosa “Carga de la Brigada Ligera”, durante la Batalla de Balaclava, quizás el más famoso error militar de la historia moderna. Es el culmen de la última cruzada que pretendió recuperar los Santos Lugares.

Contexto Histórico

Tradicionalmente, el Imperio Ruso se consideraba sucesor del Imperio Bizantino, o Imperio Romano de Oriente, imperio que los zares rusos soñaban con restablecer algún día, avanzando para ello hacia el Mediterráneo y recuperando para la fe ortodoxa los Santos Lugares de Palestina y Jerusalén, que se hallaban desde la Edad Media en poder de los turcos.

Inicio del Conflicto

En 1853, el zar Nicolás I exigió al Sultán turco que le cediera la protección sobre todos los ortodoxos que habitaban el Imperio Otomano. Obviamente, el Sultán se negó a aceptar esta desmedida petición y, con esta excusa, estalló la guerra ruso-turca.

Reuniones Diplomáticas y Escalamiento

Los representantes de las grandes potencias de Europa se reunieron en Viena para llegar a un acuerdo sobre el conflicto y obligar a Rusia a ceder algo de terreno, impidiendo así la debacle total del Imperio Turco. Las propuestas de acuerdo rusas fueron aceptadas por Austria y Prusia, pero rechazadas por Turquía, el Reino Unido y Francia. Una vez rotas las conversaciones, solo quedaba una salida al conflicto: la guerra total.

La Batalla de Balaclava

El primer intento ruso de romper el asedio de Sebastopol se saldó con la Batalla de Balaclava, librada el 25 de octubre de 1854, batalla en la que se produjo la famosísima “Carga de la Brigada Ligera”, en la que los 600 hombres de la Brigada de Caballería Ligera se equivocaron de dirección en su avance y cargaron por error hacia las posiciones rusas a través de un estrecho valle dominado en sus alturas por las baterías de cañones rusas, las cuales dispararon desde todos lados sobre las tropas británicas, que fueron masacradas, sobreviviendo menos de un centenar de hombres y dejando para la posteridad la famosa frase de “hacia el valle de la muerte cabalgaron los 600”. Los rusos no consiguieron romper el cerco de Sebastopol.

Caída de Sebastopol y Consecuencias

El 8 de septiembre de 1855 se produjo un asalto final que resultó en la caída de Sebastopol. Los aliados fueron rechazados por los soldados rusos, pero el gobernador de Sebastopol vio que era imposible seguir resistiendo y ordenó quemar la ciudad y retirarse por el puerto. La Guerra de Crimea finalizó tras la ocupación de Kinburn y de Orchacov en octubre de 1855. Rusia había sido derrotada y frenada en sus aspiraciones imperialistas, sufriendo unas 50,000 bajas en el conflicto, entre muertos, heridos y bajas por enfermedad. Los aliados, por su parte, habían ganado, pero a un altísimo precio, ya que entre Francia y Gran Bretaña sumaban unas 75,000 bajas entre muertos, heridos y bajas por enfermedad, y las bajas de Turquía superaban las 80,000.

El Tratado de París

Con esta derrota y la pérdida de Crimea, Rusia se avino a firmar el Tratado de París el 25 de febrero de 1856, tratado por el cual perdió sus posesiones en el Danubio y Besarabia. Por su parte, Napoleón III puso a Francia como la potencia hegemónica en el continente y Gran Bretaña detuvo el avance ruso hacia sus intereses en el Mediterráneo y Oriente Medio. Pero la gran perdedora del conflicto fue Turquía, que tuvo inmensas pérdidas durante el conflicto y pasó a depender de la “protección” y la ayuda económica de Francia y Gran Bretaña.

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