Las Guerras Carlistas: Conflicto, Consecuencias y Legado en la España del Siglo XIX

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Las Guerras Carlistas: Un Conflicto Clave en la España del Siglo XIX

Apoyos Internacionales en las Guerras Carlistas

Durante las Guerras Carlistas, las facciones contaron con el respaldo de diversas potencias europeas:

  • A los carlistas: Las potencias absolutistas como Austria, Prusia, Rusia, Nápoles y los Estados Pontificios.
  • A los liberales: Francia, Inglaterra y Portugal.

Las Guerras Carlistas: Un Recorrido Histórico

A lo largo del siglo XIX, tuvieron lugar tres Guerras Carlistas, aunque solo la primera posee una relevancia histórica particular:

  • Primera Guerra Carlista (1833-1840)

  • Segunda Guerra Carlista (1846-1849)

    Esta contienda se desarrolló principalmente en Cataluña, motivada por el fracaso de la proyectada boda entre la reina Isabel II y el pretendiente carlista (Carlos VI).

  • Tercera Guerra Carlista (1872-1876)

    Este conflicto surgió para hacer frente a la llegada de un rey extranjero (Amadeo de Saboya) y, posteriormente, a la Primera República. Se desarrolló principalmente en Cataluña, Navarra y el País Vasco.

Evolución de la Primera Guerra Carlista (1833-1840)

La Primera Guerra Carlista se puede dividir en tres fases principales:

  • 1833-1835: Predominio Carlista

    Durante este periodo, las partidas carlistas, inicialmente móviles y no estructuradas como un ejército regular, lograron dominar el medio rural vasco y navarro. Gracias a la labor de Zumalacárregui, llegaron a conformar un auténtico ejército. Sin embargo, no consiguieron dominar las ciudades, y el citado militar murió durante el sitio de Bilbao.

  • 1835-1837: Equilibrio de Fuerzas

    Esta fase se caracterizó por un equilibrio de fuerzas debido a la reacción liberal. Se produjeron victorias liberales en algunas batallas, destacando las guerrillas del general Cabrera en el Maestrazgo y las expediciones militares carlistas que recorrieron casi toda la península sin afianzar dominio alguno. El nuevo fracaso carlista ante Bilbao (con la victoria de Espartero en Luchana) marcó el definitivo cambio de tendencia en la guerra.

  • 1837-1840: Iniciativa Liberal y Fin del Conflicto

    La iniciativa liberal, sumada a la división interna carlista (entre partidarios de un acuerdo que pusiera fin a la guerra e intransigentes que abogaban por la continuación del conflicto), llevó a la firma del Convenio de Vergara en agosto de 1839. Por este acuerdo, el Estado se comprometía a admitir a militares carlistas en el ejército y a estudiar el mantenimiento de los fueros. Solo Cabrera resistió un poco más (hasta julio de 1840) en el Maestrazgo.

Consecuencias de las Guerras Carlistas

La derrota de los carlistas debía suponer la implantación definitiva del sistema liberal en el conjunto de los territorios hispanos. No obstante, durante un cierto tiempo, el Estado respetó, aunque disminuidos, los fueros vasco-navarros hasta su definitiva anulación en 1876. Es importante recordar que los fueros representaban una excepcionalidad jurídico-política en un Estado de Derecho.

El Legado del Carlismo: Corrientes Políticas Post-Conflicto

El carlismo derivó en varias corrientes políticas que nacen de sus diferentes orígenes:

  • Tradicionalismo Español: Una suerte de tradicionalismo a la española, espejo de las mismas corrientes que por estas mismas fechas se producían en toda Europa como forma de lucha frente a la sociedad liberal-democrática.

  • Nacionalismo o Regionalismo Español: Aún presente hoy en día, se nutre de la lucha del foralismo frente al uniformismo liberal.

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