Hatshepsut y Praxíteles: Obras Maestras del Antiguo Egipto y Grecia Clásica
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Templo Funerario de Hatshepsut (Djeser-Djeseru)
Antes que los famosos templos de Karnak y Luxor, Hatshepsut, la única mujer que ostentó el título de faraón con plenos poderes, mandó a que se construyera su magnífico templo funerario, conocido como Djeser-Djeseru ("El sublime de los sublimes"), a menudo descrito como un semispeos (templo parcialmente excavado en la roca).
Ubicación y Construcción
Construido en la orilla izquierda del río Nilo, en el complejo de Deir el-Bahari, este templo combina elementos construidos al aire libre con salas hipóstilas y capillas excavadas directamente en la roca de los acantilados tebanos.
Estructura y Diseño
Se trata de un impresionante complejo de templos funerarios y tumbas, caracterizado por sus edificios porticados y patios de columnas dispuestos en una perfecta armonía de proporciones.
Planta
El templo se organiza en tres amplias terrazas columnadas superpuestas, comunicadas por largas rampas centrales, que originalmente estuvieron embellecidas con exóticos jardines. Todo el conjunto está enmarcado por imponentes rocas escarpadas que le sirven de telón de fondo.
Su templo funerario principal consiste en un patio cerrado por muros en tres de sus lados y una terraza posterior sobre la cual se levanta un edificio de planta cuadrada, cuya parte posterior está perforada en la roca.
Características Arquitectónicas
El complejo se articula mediante tres grandes terrazas:
- La primera terraza da acceso a las capillas dedicadas a los dioses Anubis y Hathor.
- La segunda terraza alberga capillas dedicadas a la propia Hatshepsut y al dios supremo Amón.
Cada nave se articula mediante robustos pilares de sección cuadrada, a excepción de la esquina noroeste de la terraza central, donde se emplearon elegantes columnas protodóricas (antecedente del orden dórico griego). El templo contiene además otros elementos característicos de la arquitectura egipcia como pilonos (aunque de menor tamaño que en otros templos), tribunas, salas hipóstilas, diversas capillas y el santuario principal excavado en la roca.
El Hermes de Praxíteles
Descripción y Temática
El Hermes con el niño Dioniso es una célebre escultura de bulto redondo realizada en fino mármol de Paros, atribuida al gran escultor griego Praxíteles (siglo IV a.C.). Representa al dios Hermes sosteniendo en sus brazos a su joven medio hermano Dioniso, al que, según la interpretación tradicional, ofrece un racimo de uvas (hoy perdido) que el niño trata de agarrar.
Se trata de un tema mitológico que recoge el momento en el que Hermes lleva al infante Dioniso junto a las ninfas de Nisa por orden de Zeus, para protegerlo de la ira de su celosa esposa Hera (el niño era fruto de la infidelidad de Zeus con la mortal Sémele).
A pesar de ser dioses, pierden su carácter heroico y divino, mostrándose humanizados en una escena íntima y cotidiana, casi como un juego entre hermanos. La obra tenía una función religiosa, ya que probablemente fue un exvoto dedicado en el Templo de Hera en Olimpia, lugar donde fue descubierta.
Estilo y Técnica
Además de la temática anecdótica y la característica curva praxiteliana (una suave sinuosidad en la postura), destaca el exquisito acabado de las superficies, con suaves y sutiles ondulaciones en el modelado de la anatomía. De este modo, la luz parece resbalar delicadamente sobre la escultura, creando una especie de veladura atmosférica o sfumato que, unido al aire juvenil y al carácter blando y sensual de las anatomías, realza su belleza y delicadeza.
Composición
La composición sigue una marcada forma de 'S', conocida como curva praxiteliana: el brazo derecho de Hermes está levantado (originalmente sosteniendo las uvas), mientras que el izquierdo se apoya relajadamente sobre un tronco de árbol cubierto por un manto, donde descansa el pequeño Dioniso. Esta línea sinuosa se completa con la ligera flexión de la pierna derecha y la consiguiente caída de la cadera, culminando en la suave inclinación de la cabeza hacia el niño. Esta postura dota a la figura de una gran naturalidad y gracia.