Haworth, las Brontë y el Legado Literario
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Haworth y las Hermanas Brontë
Haworth es un pequeño pueblo situado en Yorkshire, al noroeste de Inglaterra. A principios del siglo XIX casi nadie conocía la existencia de este pueblo, a excepción de la gente que vivía allí o en las proximidades. Pero, en 1820, el Reverendo Patrick Brontë fue nombrado párroco de la parroquia de Haworth y desde entonces los nombres de Brontë y de Haworth han permanecido unidos.
Al poco tiempo de llegar la familia Brontë, la Sra. Brontë cayó enferma y murió dejando seis niños huérfanos, cinco chicas y un chico. Las dos hermanas mayores murieron en su temprana infancia durante su estancia en un internado para hijas de clérigos protestantes. Los demás hijos no murieron de niños, pero tuvieron vidas muy cortas. Amaban la naturaleza y disfrutaban vagando por los agrestes páramos que rodeaban su casa.
Desde muy temprana edad los hijos de los Brontë escribían relatos llenos de acción y de imaginación. También leían los periódicos y hablaban de política con su padre. Todos ellos eran extraordinariamente brillantes. Los cuatro Brontës pronto empezaron a escribir poesía y a inventar historias. Por desgracia, el único varón de la familia, Patrick Branwell, que era también pintor de talento, se hizo alcohólico y drogadicto. La suya fue una vida de dolor y frustración que causó un sinfín de sufrimientos a la familia. Murió a la edad de treinta años.
Las tres hermanas publicaron juntas un libro que contenía los poemas escritos por cada una de ellas. El libro fue objeto de algunas críticas favorables, pero sólo se vendieron dos ejemplares. Podemos imaginar cómo tuvieron que sentirse después de la fría acogida de su primer libro y en medio de la tragedia familiar. ¿Perdieron la esperanza, pensaron dejarlo?
A pesar de todas sus penas y preocupaciones, de su soledad y decepción, las tres hermanas Brontë no se desanimaron y continuaron dedicando su talento y su empeño a escribir. Han legado al mundo algunas de las novelas más extraordinarias de la historia de la literatura. La obra más famosa de Charlotte es Jane Eyre y la única novela de Emily, igualmente famosa, es Cumbres Borrascosas. La segunda novela de Anne, La inquilina de Wildfell Hall, menos famosa que las dos anteriores, es, no obstante, igualmente interesante y magnífica.
Las tres hermanas enfermaron de tuberculosis y murieron muy jóvenes. El padre sobrevivió a todos sus hijos y la fama y el reconocimiento de su trabajo le ayudaron a sobrellevar la tragedia de sus vidas.
La Presa
El hombre lleva siglos construyendo presas. Éstas van desde las más pequeñas construidas en arroyos para que los animales puedan satisfacer su sed hasta las maravillas de la ingeniería de nuestros días, como la de Itaipú en la frontera entre Argentina y Uruguay. Las presas ofrecen una vista impresionante, tanta agua controlada por el ingenio del hombre, tanta energía producida por este recurso natural y la pesadilla que supondría el desplome de una presa.
Por reales que sean todas estas cosas, no es así como el hombre de este relato ve la nueva presa, ahora que se acerca el final de su construcción. Este hombre, granjero, ha vivido toda su vida a orillas del río y sus antepasados habían vivido en ese mismo lugar tanto tiempo como podían recordar los abuelos de cada generación.
Hoy, ese granjero ha salido de su nuevo hogar y ha vuelto para ver por última vez su propiedad, ahora expropiada, antes de que se cierren las compuertas de la presa y de que un gigantesco lago se trague el paisaje que le ha sido tan querido. ¿Cómo puede ser todo igual y sin embargo tan distinto? Su casa, que siempre le había parecido tan enorme, se ha vuelto ahora diminuta en comparación con el gigantesco muro construido en la garganta del río. Los altos álamos, una vez más, como siempre lo habían hecho, le dan sombra en esta tarde de verano, pero su mente está sumida en la visión del agua subiendo y llegando hasta las copas y por último cubriéndolas. El cobertizo y los vallados de las ovejas por los que siempre se había mostrado tan cuidadoso y preocupado, ahora le resultan indiferentes. El mismo suelo bajo sus pies, la más sólida de todas las referencias, está a punto de perder esa cualidad. No hay duda de que la nueva perspectiva lo ha cambiado todo.
El Regreso de Bugatti
En estos días de fabricación en serie y de concentración en la industria del automóvil, sorprende oír que, después de una interrupción de más de 50 años, los coches Bugatti están de nuevo en el mercado. ¿Cómo competirán estos coches con los modelos americanos, asiáticos o europeos? En primer lugar, si en el pasado los Bugatti se consideraban obras de arte, el nuevo Bugatti continuará esa tradición. Por lo tanto, estará dirigido al segmento superior del mercado y será decididamente un coche de élite.
La fabricación en serie quedará descartada. La tecnología y la utilización de robots en las plantas de fabricación de coches están tan avanzadas que, por ejemplo, una fábrica española es capaz de producir 1800 coches en un solo día; en otras palabras, una media de un coche cada 40 segundos. Este tipo de fabricación en serie quedará descartada en el caso del nuevo Bugatti. En su lugar, su fabricación será una combinación de arte, oficio, mecánica y alta tecnología. Por otra parte, aunque los propietarios de la Bugatti actual tienen la esperanza de mantenerla como negocio familiar, como lo era en sus primeros tiempos, se aprovecharán del sistema financiero moderno y de los grandes mercados mundiales de valores para conseguir las enormes sumas de dinero que necesitarán para desarrollar la empresa y fabricar nuevos modelos.
Otra característica de los modelos actuales es su gran velocidad. Son los coches deportivos más rápidos del mundo; en condiciones adecuadas, alcanzarán velocidades de 350 km/h. Obviamente, esto no se dará en carreteras normales y tal vez no sorprenda oír decir que los pilotos de Fórmula 1 se encuentran entre los clientes de Bugatti. Estos clientes son también distintos, de alguna manera, de los compradores de la mayoría de los demás coches. En vez de entrar en la tienda de un distribuidor o en una sala de exposiciones para comprar un coche, estos clientes hacen un pedido del modelo de su elección y Bugatti les fabricará el coche. ¿Y el precio? ¡Por sólo unos cuantos cientos de millones de liras te compras uno!