Hedonismo y Utilitarismo: Filosofías de la Felicidad y el Placer
Clasificado en Psicología y Sociología
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La Tradición Hedonista: La Búsqueda de la Felicidad y el Placer
La pregunta fundamental "¿Cómo podemos ser felices?" dio inicio a una influyente corriente de pensamiento ético: la tradición hedonista. Esta se asienta sobre tres pilares esenciales:
- Todos los seres vivos buscan el placer y huyen del dolor.
- La felicidad consiste en organizar nuestra vida de tal modo que logremos el máximo placer y el mínimo dolor.
- Precisamente porque se trata de alcanzar un máximo, la razón moral será una razón calculadora.
Del Hedonismo Individual al Utilitarismo Social
El Hedonismo Epicúreo: Un Enfoque Personal
El hedonismo epicúreo es inherentemente individualista. Sin embargo, en la modernidad, el hedonismo evolucionaría para convertirse en una corriente social, recibiendo el nombre de utilitarismo.
El Utilitarismo: La Felicidad para el Mayor Número
El utilitarismo considera que los seres humanos estamos dotados de unos sentimientos sociales, cuya satisfacción es una fuente significativa de placer. Entre estos sentimientos destaca el de simpatía (la capacidad de ponerse en el lugar del otro), que nos impulsa a extender a los demás nuestro deseo de obtener la felicidad. El principio fundamental de la moralidad utilitarista es, entonces, la consecución de la mayor felicidad para el mayor número posible de seres vivos, funcionando a la vez como un criterio esencial para tomar decisiones racionales.
La Razón Calculadora en la Ética del Placer
Epicuro y la Armonía del Alma
Epicuro distingue entre los placeres que son estables y consisten en la armonía producida por la ausencia de dolor en el cuerpo y de turbación en el alma, y los placeres positivos, como la alegría. Le parecen superiores los primeros porque, si tenemos hambre y la calmamos, se produce el placer de suprimir ese dolor; pero si seguimos comiendo, no aumentamos el placer. Por eso, la razón ha de hacer un cálculo, ponderando qué placeres son más intensos y duraderos, y cuáles producen menos dolor, para obtener así el máximo placer posible.
Jeremy Bentham: La Aritmética de los Placeres
Jeremy Bentham introduce una aritmética de los placeres, siguiendo esta línea de pensamiento. Él cree que el placer puede medirse, porque todos los placeres son iguales en calidad. Por tanto, según la intensidad, duración, proximidad y seguridad, se podrá calcular la mayor cantidad de placer para el mayor número de seres sentientes.
John Stuart Mill: Calidad sobre Cantidad en el Placer
Sin embargo, J. S. Mill considera, en contraste con Bentham, que los placeres se diferencian por la calidad (no solo por la cantidad), de suerte que existen placeres superiores e inferiores. El problema que se presenta entonces es el de determinar quiénes están legitimados para decidir qué placeres son superiores e inferiores. Mill cree que deben ser aquellas personas que han experimentado a lo largo de su vida ambos tipos de placeres, y considera que estas personas tienen por placeres superiores los intelectuales y morales, mientras que desdeñan como inferiores los que más nos asemejan a los animales.