Heráclito y Parménides: Dinamismo vs. Estaticidad del Ser
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Heráclito: El Flujo Constante del Ser
Heráclito determinó que el ser es dinámico, siendo el principal exponente de la idea del cambio. Para él, nada está en reposo, todo se encuentra en movimiento constante. El ser deja de ser en un momento para transformarse en otro. Todo existe en un instante, y al siguiente instante ya no es lo mismo, sino que es otra cosa la que existe. Hasta esta época, los filósofos griegos, influenciados por ideas orientales, concebían el mundo como un enorme edificio, donde los objetos materiales constituían la sustancia de la construcción, abarcando la totalidad de las cosas, el cosmos.
Para Heráclito, el mundo no era un edificio, sino un proceso colosal; no la suma de todas las cosas, sino la totalidad de todos los sucesos, cambios o hechos. Su lema filosófico era: "Todo fluye y nada está en reposo". Con su teoría del cambio, expresó este sentimiento: "Todo fluye", y también afirmó que "no es posible bañarse dos veces en el mismo río".
Parménides: La Inmutabilidad del Ser
Parménides, en contraste, sostenía que todo el Ser es estático, inmutable, único y permanente. No existen dos seres, el ser es unitario y no está sujeto a mutaciones o transformaciones. Su famosa frase es: "El ser es y el no-ser no es". Para Parménides, existían dos seres: el ser absoluto y el ser relativo. El ser absoluto es algo que no es ni puede llegar a ser, mientras que el ser relativo es algo que no es, pero puede llegar a serlo.
El ser es uno, la afirmación de que algo cambia supone el reconocimiento de que ahora "es" algo que "no era" antes, lo cual resultaría contradictorio e inaceptable. La afirmación del cambio implica la aceptación de este paso del "ser" al "no ser" o viceversa, pero este paso es imposible, ya que el "no ser" no existe. El ser es entero, indivisible, lo que excluye la multiplicidad. Para admitir la división del ser, tendríamos que reconocer la existencia del vacío, es decir, del no ser, lo cual es imposible. Por lo tanto, no existen dos seres, ni seres múltiples. Parménides argumentaba que si el ser se divide en dos partes, ¿qué existe en el medio? El vacío o el no ser.
Conclusión: Dos Visiones Opuestas
El planteamiento de Parménides es totalmente opuesto al de Heráclito. Es la estaticidad del ser en contra de la dinamicidad del ser, representando dos visiones fundamentales sobre la naturaleza de la realidad.