Hidrografía de España: Vertientes y Ríos Principales

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Vertientes Hidrográficas de España

Vertiente Cantábrica

La vertiente cantábrica se caracteriza por ríos de corto recorrido y gran fuerza erosiva debido a la proximidad de su nacimiento en las montañas a la costa. El desnivel pronunciado que deben salvar entre su origen y desembocadura les confiere un gran poder erosivo. Además, son ríos caudalosos y de régimen bastante regular gracias al clima oceánico predominante, que asegura la abundancia y constancia de las precipitaciones. Algunos de los ríos más destacados de esta vertiente son el Narcea-Nalón, el Bidasoa, el Pas, el Eo, el Ulla, el Nervión, el Deva, el Nansa, el Cares, el Sella y el Navia. Aunque desemboca en el océano Atlántico, el río Miño presenta características similares a los ríos de la vertiente cantábrica.

Vertiente Atlántica

Con excepción de los ríos que discurren por las pequeñas cuencas gallegas y andaluzas, los ríos de la vertiente atlántica suelen ser largos y desembocar en el océano Atlántico. Aunque su régimen es irregular, con una marcada aridez estival, estos ríos tienen un caudal abundante debido a la alimentación de numerosos afluentes. Sin embargo, al discurrir principalmente por llanuras, su fuerza erosiva es escasa, aunque en los desniveles pueden formar barrancos. Entre los ríos más importantes de esta vertiente se encuentran el Duero, el Tajo, el Guadiana, el Guadalquivir, el Tambre, el Ulla, el Miño, el Odiel, el Tinto y el Guadalete.

Vertiente Mediterránea

Los ríos de la vertiente mediterránea, con la excepción del río Ebro, son generalmente cortos debido a su nacimiento en montañas cercanas al mar, similar a la vertiente cantábrica. Estos ríos ocupan el 31% de la superficie peninsular y su divisoria de aguas está definida por el Sistema Ibérico y los Sistemas Béticos, lo que condiciona las características de sus cuencas fluviales.

Aunque erosionan violentamente las laderas deforestadas, las escasas precipitaciones determinan su caudal escaso y su régimen irregular. En otoño, suelen producirse crecidas catastróficas provocadas por las lluvias torrenciales, por lo que se han construido embalses para regularizar su caudal. Destacan ríos como el Ter, el Llobregat, el Mijares, el Turia, el Júcar, el Segura, el Guadalfeo y el Guadiaro. Además, son frecuentes los torrentes, que solo llevan agua cuando llueve.

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