Hispania Romana: Conquista, Romanización y el Legado Imperecedero de Roma
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Hispania Romana: Conquista y Romanización
La conquista militar de Hispania, llevada a cabo por los romanos, se extendió a lo largo de dos siglos y se desarrolló en tres etapas principales:
Etapas de la Conquista Romana de Hispania
- Primera etapa (218 a.C. – aproximadamente 197 a.C.): Los romanos ocuparon el sur y el levante peninsular durante la Segunda Guerra Púnica, liderados por Cornelio Escipión. A partir de entonces y hasta el 155 a.C., Roma se centró en la consolidación de los territorios ya conquistados. Durante este periodo, Hispania fue dividida en dos provincias: la Ulterior y la Citerior.
- Segunda etapa (197 a.C. - 31 a.C.): Los romanos avanzaron hacia el centro y oeste peninsular, enfrentándose a la resistencia de pueblos como los lusitanos (liderados por Viriato) y los celtíberos (con la emblemática conquista de Numancia).
- Tercera etapa (31 a.C. - 19 a.C.): Los romanos completaron la ocupación del Norte peninsular. Finalmente, entre el 29 y el 19 a.C., se sucedieron las Guerras Cántabras, en las que el propio Augusto participó y que culminaron en el 19 a.C. Con la llegada de Augusto, el número de provincias aumentó a tres: Bética, Lusitania y Tarraconense (14 a.C.). Posteriormente, con la llegada de Diocleciano, la provincia de Tarraconense se dividió en otras tres: Tarraconense, Gallaecia y Carthaginense (297 d.C.). Más tarde, se creó la Balearica (385 d.C.), dejando la península dividida en un total de seis provincias.
La Romanización: Asimilación Cultural y Legado
La romanización fue el proceso de asimilación cultural de los modos de vida romanos por parte de los pueblos indígenas de Hispania. En este proceso, destacan los siguientes pilares:
Pilares de la Romanización
- La lengua latina: Se instauró el latín como idioma oficial, convirtiéndose en la base de las lenguas romances peninsulares. De Hispania surgieron importantes filósofos y literatos como Séneca, Lucano, Marcial y Quintiliano, quienes escribieron en latín.
- El derecho romano: Un sistema legal que defendía los derechos del individuo, con especial énfasis en el de propiedad, sentando las bases de la legislación occidental.
- La religión: Inicialmente se impuso el politeísmo romano, con su panteón de dioses. Sin embargo, a partir del año 313 d.C., con el Edicto de Milán de Constantino, el cristianismo comenzó a instaurarse y a ganar adeptos, transformando progresivamente el panorama religioso.
Aportaciones Económicas y Obras Públicas
Las aportaciones romanas a la economía hispana fueron múltiples y significativas:
- En agricultura, se impulsó el cultivo de cereales, vid y olivo, productos que se convirtieron en pilares económicos.
- La pequeña industria se desarrolló con la introducción de la producción de aceite (aceiteras) y la industria del esparto.
- La construcción de una extensa red de calzadas facilitó enormemente el desarrollo del comercio. Entre las rutas principales destacan la Vía Augusta y la Vía de la Plata.
Los romanos fueron también grandes ingenieros y constructores de impresionantes obras públicas, muchas de las cuales perduran hoy en día:
- Acueductos, como el de Segovia.
- Murallas, como las de Lugo.
- Múltiples puentes, como los de Alcántara o Mérida.
Legado Artístico y Arquitectónico
Además de las infraestructuras, el legado romano en Hispania incluye importantes obras artísticas y arquitectónicas de utilidad pública que reflejan su avanzada civilización:
- Arcos conmemorativos, como el de Bará en Tarragona.
- Templos, como el de Diana en Mérida.
- Anfiteatros, como los de Itálica (Sevilla) y Tarragona.
- Teatros, como los de Mérida y Sagunto.