La Hispania Romana y el Reino Visigodo: Conquista, Romanización y Legado

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1.3. Conquista y Romanización de la Península Ibérica

Principales aportaciones romanas en los ámbitos social, económico y cultural

Durante la segunda guerra púnica (año 218 a.C.) llegaron los romanos a lo que denominarían Hispania. La conquista tiene tres etapas:

Primera etapa (218-197 a.C.)

El ataque de Aníbal a la ciudad de Sagunto (aliada romana) fue el detonante que provocó la segunda guerra púnica entre Cartago y Roma. Tras ocho meses de asedio Sagunto sucumbió y Aníbal emprendió la invasión de Italia tras los Alpes y los Pirineos. Un año después las legiones romanas desembarcaron en Emporion para cortar los suministros de Aníbal. Tras duras luchas, Escipión derrota a los cartagineses y conquista los enclaves de Cartago Nova y Gades.

Segunda etapa (197-133 a.C.)

Aunque ofrecía menos riquezas resultó más costosa la conquista del interior donde celtíberos y celtas disputaron en guerrillas causando contratiempos. El momento culminante fueron las guerras lusitanas y las guerras celtíberas, de las cuales surgieron símbolos de la resistencia: el caudillo lusitano Viriato y la ciudad de Numancia. La posterior muerte de Viriato y la caída de Numancia terminaron con el sometimiento de toda la Meseta.

Tercera etapa (29-19 a.C.)

Durante cien años, las conquistas romanas se paralizaron por el conflicto que afectó a la organización política de Roma, que concluyó con la transformación de la república en imperio. Tras la victoria de Octavio Augusto en estas guerras civiles, Roma se dispuso a la conquista definitiva de la Península. El objetivo eran las tierras de cántabros y astures por sus metales. La resistencia fue dura y la represión feroz. Roma lo logró e Hispania cayó bajo su poder.

La Romanización

La romanización fue el proceso por el que las sociedades indígenas prerromanas adoptaron la cultura romana y sus formas de vida. Los elementos esenciales fueron el ejército y los colonos. Por otro lado, los romanos han dejado una cultura muy profunda y se observa hoy con el derecho romano y el latín, que fue símbolo del poder romano convertido en la lengua utilizada por las élites indígenas hispanas. También encontramos un ingente conjunto de obras y legados artísticos manifestados en los monumentos que aún perviven, como:

  • El teatro de Mérida
  • Acueducto de Segovia
  • Puente de Alcántara
  • La muralla de Lugo

A partir del s.II, el cristianismo se difundió en la Península y desde el s.III fue la religión oficial del imperio romano.

1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios.

En plena crisis del Imperio (año 409), los pueblos germanos alanos, suevos y vándalos invadieron Hispania. Roma ya debilitada, para expulsarlos, solicitó la ayuda de otro pueblo germano establecido en la Galia: los visigodos. Entraron en el año 416 y a mediados del s.V los visigodos volvieron para derrotar a los suevos arrinconándolos en el noroeste, y se anexionaron el resto del territorio menos la cornisa cantábrica. Tras su derrota ante los francos fueron expulsados de la Galia, se establecieron en la Península e instauraron un reino con capital en Toledo.

El rey Leovigildo conquistó el territorio de los suevos y sometió la mayor parte de los enclaves bizantinos costeros. Su organización política era una monarquía electiva: el rey era elegido por los jefes militares y religiosos, lo que creaba enfrentamientos e inestabilidad en la nobleza. Los visigodos representaban una minoría frente a los hispanorromanos y buscaron la integración permitiendo los matrimonios mixtos y estableciendo una monarquía fuerte y centralizada.

Los reyes fundamentaron el Estado en el derecho romano, y en el III Concilio de Toledo abandonaron el arrianismo por el catolicismo, lo que les brindó el apoyo de los hispanorromanos y de la Iglesia. La unificación concluyó con el Fuego Juzgo como código judicial para visigodos e hispanorromanos.

Instituciones Visigodas

Las instituciones visigodas más destacadas fueron:

  • El Aula Regia (asamblea formada por nobles que asesoran al monarca)
  • Los concilios (eclesiásticos y nobles con potestad legislativa)

La Iglesia poseía un papel predominante: los concilios contribuyeron a la unión entre la Iglesia y la monarquía, institución que tendió a sacralizar.

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