Historia de las Colonizaciones y Culturas Prerromanas en la Península Ibérica
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Colonizaciones Mediterráneas en la Península Ibérica
Fenicios
Los textos de historiadores como Estrabón dan cuenta de la fundación de Gadir, la actual Cádiz, en el año 1104 a.C. por parte de fenicios procedentes de Tiro. Sin embargo, los restos arqueológicos hallados en las costas peninsulares cerca de Gibraltar pertenecen al siglo VIII a.C. Además de Cádiz, los fenicios buscaron asentamientos de fácil acceso y defensa, cerca de los ríos y de las zonas mineras. De este modo fundaron Sexi, Abdera, Malaca... No debe extrañar la localización de estos lugares, dado que la colonia más importante de los fenicios fue Cartago, situada en el Norte de África y frente a las costas andaluzas. A excepción de Cádiz, el resto de factorías fenicias no alcanzaron la categoría de ciudad. Eran pequeños núcleos situados en cerros cerca del mar y próximos entre sí.
Griegos
Los colonos helenos llegaron a las tierras peninsulares no antes del siglo VI a.C. Se asentaron en el extremo norte de Cataluña, fundando Rodhe y Emporion. En su expansión comercial por la costa levantina, los griegos fundaron Hemeroscopeion, Akra Leuke y Mainaké. Comerciaron con los iberos, a quienes compraban cereales y a los que les vendían las manufacturas que los helenos traían desde otras zonas del Mediterráneo. Compitieron con los fenicios por hacerse con el comercio de los tartesios.
Cartagineses
Tras ser derrotados por los romanos en la Primera Guerra Púnica y perder las islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña, los cartagineses decidieron volcarse en la conquista de la Península Ibérica, con el fin de recaudar impuestos para pagar a Roma las indemnizaciones fijadas tras la Primera Guerra Púnica. Firmaron con los romanos el Tratado del Ebro en el año 226 a.C. Su sucesor Aníbal emprendió una serie de campañas militares contra los pueblos indígenas, encontrándose con la resistencia de la ciudad de Sagunto, que tenía firmado un tratado con los romanos y cuya destrucción sería la causa de la Segunda Guerra Púnica. Utilizaron una política imperial basada en la recaudación de fuertes tributos y en la exigencia de soldados para hacer frente a Roma. Tras la Tercera Guerra Púnica y la consiguiente destrucción de la ciudad de Cartago, la Península quedó libre para la ocupación romana.
Culturas Prerromanas en la Península Ibérica
Tartessos
Geográficamente, la civilización tartésica debió estar situada en la desembocadura del Guadalquivir, extendiéndose en el siglo VII a.C. hasta Extremadura. Desde el punto de vista político eran monárquicos, pues los textos nos citan a Gerión, a Gárgoris y Habis y al más conocido, Argantonio, que mantuvo relaciones comerciales con los griegos en el siglo VI a.C.