Historia Detallada de la Primera Guerra Carlista (1833-1840)

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La Primera Guerra Carlista (1833-1840)

Tras la muerte de Fernando VII, los dos bandos principales establecieron sus posiciones. Por un lado, los partidarios de Don Carlos no aceptaban a la reina-niña, Isabel II, ni tampoco a su madre, la regente María Cristina de Borbón. Por otro lado, los liberales, a quienes se llamó también «cristinos» o «isabelinos», no aceptaban a Don Carlos por defender el absolutismo.

Hubo intentos de arreglar el problema sin necesidad de recurrir a una guerra abierta, que a nadie apetecía. Por ejemplo, se intentó el matrimonio de la reina viuda con su sobrino, el Duque de Montemolín, o bien de la Princesa Isabel con el mismo duque, quien era hijo de Don Carlos. El novio andaba ya por los 20 años, es decir, que la tía le quedaba grande y la prima le quedaba pequeña.

En contra de lo que se puede pensar al hablar de una guerra civil, aquellas zonas de España en las que no había combates casi ni se enteraron de que había guerra.

Características y Estrategias Militares

Fue una guerra muy peculiar. Se emplearon dos estrategias militares ya conocidas:

  • El sitio: por ejemplo, el de Bilbao, ciudad liberal que no se rindió.
  • La batalla campal: por ejemplo, la de Luchana.

Y se inventó un nuevo modelo muy curioso: las expediciones. Eran, como su propio nombre indica, incursiones de un ejército carlista por distintas zonas de España, reclutando voluntarios, ejecutando a liberales y cometiendo toda suerte de barbaridades, pero sin conquistar ni ocupar efectivamente territorio enemigo. Después, se volvían a su punto de origen: Navarra, Cataluña y el País Vasco.

La Expedición Real de 1837

La más famosa e importante de todas se produjo en el año 1837 y fue dirigida por el propio Don Carlos (la llamada *Expedición Real*), llegando hasta Madrid.

El Fin del Conflicto

El efecto que produjo en el gobierno esta expedición fue fulminante. Los políticos, entre ellos Mendizábal, decidieron acabar con la guerra, para lo cual se hizo una leva masiva (la llamada «quinta de los 100.000») que lucharía contra los carlistas. En pocos años, la guerra quedó solucionada.

El Abrazo de Vergara

La paz se firmó en Vergara (*Bergara*) entre los generales Baldomero Espartero, desde entonces Duque de la Victoria, y Rafael Maroto, carlista. Como ambos generales se dieron un abrazo e invitaron a los soldados a hacer lo mismo, este pacto se conoce como el «Abrazo de Vergara».

Acuerdos de Paz

¿Qué se acordó en Vergara?

  1. Terminar la guerra: los carlistas reconocen a Isabel II como reina y a su madre como Regente.
  2. Se permitió que los mandos y tropa carlista que quisieran se enrolaran en las filas del ejército liberal.
  3. No hubo represalias: se perdonó a todos.

La Resistencia de Ramón Cabrera

En el Maestrazgo, comarca montañosa situada entre Teruel y Castellón, el general Ramón Cabrera siguió la guerra por su cuenta hasta que se rindió.

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