Historia Geológica Ibérica: Un Recorrido por las Eras y sus Transformaciones

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Eras Geológicas y la Configuración del Relieve Ibérico

La configuración del relieve de la Península Ibérica es el resultado tanto de la posición de la placa ibérica, situada entre la placa euroasiática y la africana, como de las orogenias que tuvieron lugar en el Paleozoico y Cenozoico.

Paleozoico

Durante el Paleozoico, se produjeron muchos fenómenos geológicos que cambiaron la fisonomía de las tierras emergidas. Durante el Carbonífero, se produjo la **orogenia hercínica**. De esta surgió el **macizo ibérico**, el cual emergió en dirección noroeste-sudeste. Fruto de esto, se emplazaron grandes masas graníticas en el sector occidental de la cordillera Cantábrica, el zócalo del sistema Bético, etc. Al final de este periodo, se inició un rápido proceso de erosión de las tierras emergidas.

Asimismo, todas las masas continentales se reunieron otra vez formando un nuevo continente: **Pangea**, el cual inició una lenta deriva hacia el norte. Fue ahí cuando la placa ibérica empezó a individualizarse.

Mesozoico (250 millones de años)

Se conoce como una era de calma orogénica, con pocos movimientos de origen tectónico. Desde los primeros periodos de esta era, se constata la separación de Pangea en dos grandes masas continentales: **Laurasia** y **Gondwana** al sur. Entre ambos estaban un rosario de pequeñas placas y el mar de Tetis.

A lo largo del periodo Triásico, las cuencas situadas en la periferia del Macizo Ibérico comenzaron a colmatarse. Después sucedieron una serie de transgresiones marinas por el ascenso del nivel de las aguas. Las repetidas invasiones marinas acabaron por inundar las cuencas adyacentes del erosionado macizo ibérico. Los márgenes continentales están dominados por la presencia de grandes reptiles.

En el Cretácico, la placa ibérica se independizó totalmente de Eurasia.

Cenozoico (65 millones de años)

Durante esta era tuvo lugar la **orogenia alpina**, la cual fue responsable de la formación de nuevos orógenos y el rejuvenecimiento de los existentes. A finales del Cretácico, la placa Africana comenzó su deriva hacia el Norte, empujando a la placa Ibérica hasta que esta colisionó con la placa de Eurasia. Esto dio lugar al levantamiento de la cordillera de los **Pirineos**.

Al sur, se dio la aparición del **sistema Bético**, cuya prolongación hacia el nordeste permitió la formación del archipiélago balear.

El macizo ibérico también se vio afectado por las convulsiones alpinas, basculando hacia el oeste y rejuveneciendo el zócalo al formarse en su interior los relieves del sistema Central y los montes de Toledo.

La intensidad de la orogenia alpina provocó un aumento de la actividad volcánica de algunas zonas peninsulares. Tras las convulsiones alpinas, hubo varios periodos glaciares con sus respectivas fases interglaciares, responsables de buena parte de las formas de relieve que pueden verse en las cordilleras afectadas. En las áreas no cubiertas por glaciares, el modelado del relieve es fruto de la acción de otros agentes como el agua y el viento.

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