Historia de las Guerras Carlistas y la Construcción del Estado Liberal en España

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Las Guerras Carlistas

En 1833, con la proclamación de Isabel II como reina, se produjeron en el reino levantamientos ultrarealistas que reconocían como rey a Carlos.

Así, España se dividió en dos bandos:

Carlistas

Defendían la idea de la monarquía tradicional, representada por Carlos y respaldada por el clero, las provincias vascas y de Navarra, y campesinos que no confiaban en las reformas agrarias de los isabelinos.

El Carlismo: ideología y movimiento político

  • Legitimismo
  • Absolutismo
  • Tradicionalismo
  • Foralismo

Isabelinos

Representaban la España liberal, heredera de la Ilustración y las Cortes de Cádiz. Contaban con el apoyo del ejército regular, la burguesía y la nobleza. Apoyaban a los liberales, que veían una posibilidad de reformar el país.

El carlismo se vio favorecido por la falta de decisión de los partidarios de María Cristina, mucho más atentos a las reformas políticas que a acabar con el alzamiento ultraconservador.

Primera Guerra Carlista (1833-1839)

Enfrentó a carlistas e isabelinos. La superioridad del ejército isabelino obligó a los carlistas a participar en la guerra de guerrillas. Destacan Zumalacárregui, Maroto y Cabrera.

1ª Fase

La proclamación de Carlos como rey triunfó solo en las provincias vascas y Navarra. Tuvo como jefe a Zumalacárregui, quien murió en el intento de conquistar Bilbao.

2ª Fase

Los carlistas, amenazados, se expandieron a Galicia, Andalucía y Extremadura, llegando incluso a Madrid. Buscaban un levantamiento generalizado de la población en favor del carlismo, pero no lograron apoyo popular. Destaca Cabrera en el Maestrazgo.

3ª Fase

El fracaso carlista produjo una división interna entre los que querían un pacto con el gobierno de María Cristina y los que querían seguir luchando.

El general Maroto firmó en 1839 con Espartero (general del ejército isabelino) el Convenio de Vergara, en el que se recomendaba a las Cortes el mantenimiento o modificación de los fueros y la oficialidad carlista en el ejército real. A cambio, los carlistas aceptaban la Constitución de 1837 y a Isabel II como reina. Carlos no aceptó el convenio y la guerra continuó con el general Cabrera, pero tras ser derrotados, fueron exiliados a Francia, donde siguieron con sus reivindicaciones después de la guerra.

La Construcción del Estado Liberal

Comenzó con el reinado de Isabel II y con su triunfo frente al antiguo régimen. Pero dentro del grupo liberal hubo una división entre los liberales moderados (1836-1843) y los progresistas (1843-1868).

Esta división fue causada no solo por la ideología, sino también por los conflictos de intereses entre la burguesía por asegurar su hegemonía social.

El liberalismo doctrinario fue la corriente mayoritaria durante el siglo XIX. Surgió ante los excesos revolucionarios y el temor de los grupos a perder su hegemonía social.

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