Historia de Hispania: Romanización y Al-Andalus

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Romanización

Se llama romanización al proceso de asimilación cultural por el cual numerosas regiones bajo el poder político de Roma adoptaron sus instituciones, costumbres, organización social y su lengua. En Hispania este proceso duró desde el siglo III a.C. hasta el siglo V d.C.

Al inicio de la conquista, el territorio se dividió en dos provincias, Citerior y Ulterior, pero con la ocupación de toda la península, la división se sustituyó por otra con cinco divisiones: Baetica, Tarraconensis, Lusitania, Gallaecia y Balearica, administradas por un gobernador (pretor).

Roma trajo novedades importantes en la economía. En la explotación agrícola se introdujo la propiedad privada, el regadío y la utilización de animales como fuerza de tiro. También mejoró la artesanía y el comercio con el uso de la moneda.

Las ciudades se revitalizaron y se convirtieron en los centros administrativos, jurídicos, políticos y económicos de Hispania, destacando Tarraco, Caesaraugusta o Emerita Augusta.

Socialmente, Roma trasladó a la península su organización basada en la división entre aristocracia (caballeros y senadores), negociantes y propietarios, trabajadores libres y esclavos.

El paso de los romanos por nuestro territorio ha dejado importantes huellas como la construcción de magníficos edificios (acueductos, teatros, foros...), la utilización del latín (base de las lenguas romances actuales), el derecho romano o la práctica del cristianismo. Además, fue cuna de grandes personalidades como Séneca, Trajano, Adriano y Teodosio.

Al-Andalus

Se denomina Al-Andalus al territorio de la Península Ibérica que desde el año 711 al 1492 estuvo bajo el control musulmán. Los musulmanes dominaron todo nuestro territorio salvo una franja en el norte desde la que los cristianos fueron recomponiendo su poder.

La historia de Al-Andalus puede dividirse en cuatro etapas:

  1. (711-756) El emirato dependiente de Damasco.
  2. (756-929) Abderramán I convirtió el territorio en un Emirato independiente.
  3. (929-1031) Abderramán III se proclama califa y se forma así el califato de Córdoba con un gran esplendor.
  4. (1031-1492) Desintegración del califato en múltiples reinos de Taifas. Los cristianos intensificaron en esta época la reconquista del territorio. A pesar de la ayuda norteafricana de los Almohades y los Almorávides, en el año 1212 los musulmanes fueron derrotados en la batalla de las Navas de Tolosa, reduciendo el territorio musulmán prácticamente a un único reino, el Reino de Granada, que fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492.

Los musulmanes dieron gran importancia a las ciudades, desarrollaron la artesanía, el comercio exterior con la gran novedad de la circulación de la moneda y se produjo un gran desarrollo científico y cultural (muy influido por la religión). Además, introdujeron importantes cambios en la agricultura, como el sistema de regadío, nuevas prácticas hortícolas y nuevos productos como el arroz y el azafrán.

La presencia musulmana en la península dejó una importante huella en nuestra lengua y en el arte, con obras tan importantes como la Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba o la Aljafería de Zaragoza.

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