Historiadores Romanos: Tito Livio y Tácito
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Tito Livio (65 o 59 a.C. – 12 o 17 d.C.)
Nació en Padua, se formó en retórica y manifestó su interés por la filosofía. En el año 30 a.C. viajó a Roma y allí se dedicó a la obra de su vida, una historia de Roma desde sus orígenes hasta la muerte de Druso. Esta obra le dio celebridad ya en vida.
Obra: Ab Urbe condita libri (Libros desde la fundación de la ciudad)
Contaba con 142 libros; nos ha llegado dividida en grupos de diez libros, llamados décadas, pero es muy improbable que esta distribución se remonte al mismo Livio. Solo se han conservado las décadas I (recoge los sucesos desde la fundación de Roma hasta el 293 a.C.), III y IV y la primera mitad de la V (estas son sobre la Primera Guerra Púnica hasta la sumisión de Macedonia). Era una obra demasiado extensa, lo que conllevó que se compusieran breves resúmenes de cada libro (“periocas”) y gracias a estos conocemos el contenido de toda la obra. Deploraba la sequedad de la analística y se burlaba de los arcaísmos de Salustio.
Su método de trabajo es simple: construye su relato según las normas de la oratoria ciceroniana: respeto del orden cronológico, exposición de las intenciones y luego de los propios sucesos, sus resultados y análisis de las causas. Le da gran importancia a su redacción en la más pura tradición de la historiografía y retórica griegas. Desde Tucídides la retórica tenía como papel principal caracterizar a un personaje enfrentado con una situación particular. Su estilo es a la vez ciceroniano y muy personal. Utilizaba frases sólidamente estructuradas con recursos propios de la poesía con la intención de narrar una escenificación dramática y pintoresca de los hechos.
Tácito (55-120 d.C)
Nació durante el principado de Nerón en una acomodada familia de origen ecuestre. Se casó con la hija de Agrícola. Su carrera fue de las más regulares. Fue cónsul en el 97, más tarde procónsul de Asia. Se entregó a la historia después del 97.
Obra
Su obra histórica trata de ser en todo momento muy actual, aunque por otra parte el estudio es muy desigual: se interesa sobre todo por la parte imperial. Un gran análisis psicológico y moral. Su estilo es nervioso, irregular, asimétrico; destaca en todo momento su retórica, su aspereza satírica y su honradez poco afectada que dan al conjunto de su obra el acento de su época.
Nos han quedado una serie de ensayos a los que se les ha llamado “obras menores”:
Dialogus de oratoribus (Diálogo de los oradores)
Escrita en torno a 75-80 d.C., es un ensayo de crítica literaria en el que se expresan puntos de vista de rara amplitud.
Agricola ((Vida de) Agrícola)
Del año 98 d.C. Narra como historiador la vida de su suegro, uno de los conquistadores de Britania. Lanza una violenta reprobación contra Domiciano.
Germania
Año 98 d.C. Es un cuadro etnográfico y geográfico de las tribus de más allá del río Rin, muy documentado y claro en su exposición. Presenta un estilo nervioso y no faltan alusiones satíricas.
Sus mayores obras son dos:
Historiae
Escritas entre 106 y el 110 d.C., tratan el periodo desde la crisis del 68-69 d.C. (muerte de Nerón) hasta la muerte de Domiciano. De los 14 libros solo se han conservado cinco (del quinto solo 26 capítulos).
Annales (Anales)
Escritos entre 117 y 120 d.C., volvían a los más lejanos acontecimientos, desde la muerte de Augusto a la de Nerón. De los 16 libros nos han quedado los libros I-IV y XI-XVI y fragmentos del V y VI.