La Historiografía Romana: Orígenes, Autores Clave y Evolución en la República e Imperio

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Los Orígenes de la Historiografía Latina

La historia aparece en Roma como un género relativamente tardío. Esto se ha explicado por la destrucción de los archivos y documentos romanos durante la invasión de los galos (390-83 a.C.). De entre estos documentos se destacan los Annales: el pontifex maximus inscribía en una tabla los sucesos cotidianos, desde el precio del trigo, eclipses, guerras, etc.

A pesar de que la historiografía romana nace bajo la influencia griega, existen diferencias entre ambas: el historiador griego se dirige al presente, a lo universal; el romano, en cambio, al pasado y a Roma, lo que origina que a veces carezca del sentido profundo de la evolución que tenían los griegos.

Los Historiadores del Final de la República

En cuanto a los temas, existe una definida tendencia hacia las obras que podríamos llamar monográficas, aunque no faltan obras voluminosas que tratan de recoger amplios periodos de la historia romana.

Principales Historiadores Republicanos

Los historiadores más representativos de este período son:

  • Julio César: Su fama literaria se debe principalmente a sus obras históricas: La guerra civil y La guerra de las Galias, para cuya redacción se sirvió de sus diarios de campaña.
  • Salustio: Sus obras principales son La conjuración de Catilina y La guerra de Yugurta, que se han conservado completas. Salustio se acerca a los hechos con un espíritu dogmatizador, con una filosofía de la historia preconcebida, elaborada con anterioridad a base de sus experiencias y sus lecturas.
  • Cornelio Nepote: Su principal obra es De viris illustribus, que constaba, al menos, de 16 libros. Su obra tiene carácter moralizador, aunque para él la moral no es necesariamente la del romano: se esforzó por crear un ambiente de comprensión hacia la moral de otros pueblos.

La Historiografía en la Época Imperial

Autores Destacados del Imperio

Durante la época imperial, la historiografía romana continuó evolucionando con figuras destacadas:

  • Tito Livio (59 a.C.-17 d.C.): Dedicó su vida a la investigación de los materiales que compondrían su obra monumental Ab Urbe condita en 142 libros, muchos de ellos desaparecidos. Su obra es una sucesión de bellas historias. Recoge la herencia clásica de Cicerón, pero sus giros poéticos anuncian ya la prosa de época imperial.
  • Suetonio (69 d.C. – 140 d.C.): Reúne 12 monografías conocidas con el título Vida de los Césares, que nos han llegado de forma fragmentada. Tratan de la vida de los doce primeros emperadores.
  • Tácito (55 d.C.-120 d.C.): Ha sido considerado el “más grande pintor de la Antigüedad”. Sus obras maestras nos han llegado incompletas: las Historias y los Annales.

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